El hurto progresivo de varios pasamos de aluminio  que sirven como protectores para cualquier hipotética caída de un transeúnte al vacío en el Viaducto Nuevo de San Cristóbal, demuestra el grado de degradación en la capital tachirense, en la que el robo/hurto de cualquier material ferroso es ya una práctica constante.

En ambos sentidos del viaducto, se puede apreciar a los costados y confines de la acera, que la red de pasamos está incompleta y, al menos una decena de éstos  ya han sido desincorporados a causa de los hurtos de estos, por lo que el peligro y riesgo para quienes se acerquen a tratar de mirar al vacío, puede causar una tragedia, ya que por ese sitio habitualmente estudiantes y jóvenes acostumbran caminar.

La ausencia de buena parte de esta estructura, se suma a los hurtos de tapas de alcantarillas, redes eléctricas, que han sido hurtadas mayormente por personas que se lucran de la venta de materiales ferrosos, cuyo valores elevado y muy apetecido en el mercado negro.

Debe mencionarse, que la falta de estos tubos o barandas protectoras, ya viene ocurriendo desde hace meses, por lo que las autoridades deben de tomar previsiones entre las que se cuentan, la fijación de las tuberías con soldadura u otro mecanismo, pues las mismas solamente son fijadas con pernos o fajas sujetadoras, que fácilmente son violentadas y los delincuentes pueden desmontarlas y robarlas.

Algunos de estos tubos, aunque aún permanecen fijos a las bases del puente, ya han sido sometidos a “trabajos” previos de desajuste, por lo que muy posiblemente en cualquier instante sean robados, con lo cual los delincuentes dejarían desmantelado este puente de éstos.

Esta misma situación de robos de materiales ferrosos se viene replicando en varias estructuras de la capital tachirense, en donde es habitual observar la ausencia de placas de plomo o de hierro de plazas, alcantarillas o rejillas, por lo que los costos y pérdidas para la administración municipal, suele ser costosa para su reposición.

Pablo Eduardo Rodríguez