A medida que se acerca el fatídico 12 de abril, los europeos parecen dispuestos a acordar una prórroga larga del Brexit a Reino Unido para evitar los daños de un divorcio sin acuerdo, una controvertida opción que también implica riesgos.
Los 27 socios europeos de Reino Unido no quieren cerrarse puertas, en un momento en que la primera ministra británica, Theresa May, negocia con el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, cómo lograr que su Parlamento apruebe el acuerdo del Brexit.
«Los próximos días u horas van a ser críticas para saber si finalmente hay un acuerdo que permita resolver el problema», aseguró este lunes el canciller español, Josep Borrell, apuntando que a «nadie» le gustaría un Brexit sin acuerdo.
Aunque May solicitó formalmente una prórroga hasta el 30 de junio de la fecha del Brexit, sus pares europeos, que ya rechazaron esa fecha en su pasada cumbre en marzo, contemplan ir más allá, signo de sus pocas expectativas sobre un pacto en Londres.
Además, como señaló el domingo el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, sería «improbable» que un país de la UE vete una prórroga larga, ya que no se le «perdonaría» vistas las graves consecuencias económicas de un Brexit sin acuerdo.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, puso así sobre la mesa la idea de una prórroga «flexible» de hasta un año, que permite a Londres abandonar antes el bloque si el Parlamento británico aprueba antes el acuerdo de divorcio.
Esa propuesta parece haber pillado por sorpresa a los países del bloque, cuyos líderes deben decidir sobre una prórroga el 10 de abril en Bruselas. «Es una posición de Tusk, no una posición del Consejo», advirtió un diplomático europeo.
Una extensión larga debería contar con «una fuerte justificación política como nuevas elecciones en Reino Unido o un nuevo referéndum», según una fuente diplomática, para quien Londres debería «solicitarlo».
«De lo contrario, ¿Por qué la UE tomaría una decisión tan dura por su cuenta?», se pregunta la misma fuente, apuntando a los riesgos de que Reino Unido alterara el funcionamiento del bloque al tener un pie dentro y un pie fuera.
Un «nuevo escenario»
Con las negociaciones de divorcio terminadas, la UE y Reino Unido se encuentran de hecho en un «escenario nuevo», en el que los británicos siguen en el bloque mientras May busca una solución en su país, según el diplomático europeo.
Para protegerse, los 27 ya abrieron la puerta en marzo a una nueva prórroga de la fecha del Brexit si May fracasaba en su tercer intento de aprobar el acuerdo de divorcio, como así fue, pero siempre y cuando Londres presente un plan.
Si la prolongación va más allá de las elecciones europeas previstas del 23 al 26 de mayo, Reino Unido debe además participar en esos comicios, algo a lo que la ‘Premier’ británica se comprometió recientemente en una carta a la UE.
Pese a esta señal positiva, países como Francia o Países Bajos siguen teniendo dudas sobre el papel de Reino Unido en un bloque que se dispone a cambiar de ciclo político con las elecciones a la Eurocámara y la designación de la nueva Comisión.
Salvador Llaudes, investigador del Real Instituto Elcano, advierte que, en un momento de transición, la continuidad dentro de la UE de un Reino Unido que quiere marcharse «puede ser un elemento disruptivo importante, si no actúa de buena fe».
«No lo podemos saber. Es el gran miedo que tienen las instituciones», explicó a la AFP el analista, que pone por ejemplo la adopción por unanimidad del próximo Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027, el presupuesto de la UE.
Otro diplomático reclamó así «garantías jurídicas» sobre el funcionamiento de la UE como una renuncia de Londres a participar en al adopción del próximo MFP o a la elección del sucesor de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión Europea.
De aquí al miércoles, las esperanzas siguen puestas en un posible pacto en Londres que permita aprobar el acuerdo de divorcio y aplazar el Brexit al 22 de mayo para cerrar los flecos de la primera retirada de un país en la Historia del bloque. AFP