Sucesos
Asesinan a tiros a tres mujeres y un hombre en diversos ataques de sicariato en Ureña
27 de abril de 2019
Las víctimas no eran amigos o conocidos, pero en investigaciones preliminares, se dijo que laboraban en ocasiones en la venta de combustibles de manera ilegal o de contrabando
En lo que parece una ruleta de la muerte, en donde las víctimas aparentemente fueron meticulosamente estudiadas para conocer sus movimientos, así como el lugar en donde estarían al momento del ataque, tres mujeres y un hombre, cayeron asesinados a balazos durante diversos actos de sicariato, en horas de la tarde del jueves y noche en varias barriadas de la localidad de Pedro María Ureña.
Los hechos, que pese a que sucedieron de manera aislada, al parecer pueden estar relacionados entre sí, ya que las víctimas, según se desprende de las investigaciones preliminares de las autoridades policiales, vivían del contrabando de combustible hacia Colombia.
El primer homicidio ocurrió a las 9 de la mañana, en el momento que Marcela Andrea Rodríguez Ríos, de 34 años de edad, se encontraba en el interior de su vivienda en el sector de Las Comunas, hasta donde llegó una motocicleta con dos hombres a bordo y el parrillero se bajó del automotor y tocó la puerta de la víctima, quien al atender el llamado, fue acribillada a tiros sin que el homicida profiriera alguna palabra.
Testigos afirmaron que los homicidas, eran dos hombres de aspecto juvenil. El cuerpo de la mujer quedó tendido boca abajo dentro de su vivienda.
Segundo asesinato
Hacia las cinco de la tarde en el sector de plaza Vieja, calle 8, entre carreras 8 y 9, los obreros y docentes que se encontraban en ese momento en el liceo Víctor Manuel Olivares Ureña, observaron como un joven ingresaba corriendo a la institución, ya que aprovechó que las puertas se encontraban abiertas y detrás de éste, dos hombres con pistolas en mano le perseguían y le efectuaban disparos.
El joven fue herido y cayó al piso, donde los homicidas le remataron de al menos doce balazos. El herido, de unos 25 años de edad aproximadamente, murió en el acto por los múltiples impactos recibidos.
Al momento del crimen, este no fue reconocido como alumno regular de la institución educativa, posteriormente y al momento que llegaron las autoridades policiales, el mismo fue reconocido preliminarmente como Daniel Pereira, que de acuerdo a versiones de vecinos de la zona, laboraba en ocasiones en la venta de gasolina.
Tercer crimen
A las seis y treinta de la tarde, en el barrio La Pesa, en la calle 2, se produjo el crimen de la mototaxista Noraima Yaneth Contreras Rodríguez, de 42 años de edad.
Para ese momento, ella caminaba por el barrio, cuando según narraron testigos, un hombre descendió de un vehículo Aveo, Gris, que tras identificar a la mujer, le propinó varios disparos en la cabeza, causándole la muerte de manera inmediata, Cometido el hecho de sangre, el sicario retornó al vehículo en el cual era esperado por otro sujeto y huyeron de la escena del crimen.
Durante la diligencia de levantamiento del cadáver por parte de miembros de la policía científica, los investigadores colectaron varias conchas de balas calibre 9 milímetros.
Cuarto homicidio
A las 8:00 de la noche, pero en el barrio Bolivariano, sector San Martín, en el interior de su vivienda se encontraba en compañía de su pequeña hija de 8 años de edad, Saida Yasmith Laguado Súarez, de 34 años de edad, de nacionalidad colombiana.
En ese momento, la mujer se hallaba elaborando los alimentos de la cena y hasta su casa ingresaron dos sujetos que instantes antes llegaron al sitio en una motocicleta y obligaron a las víctima a salir de la morada, para luego matarla en plena vía pública frentea su hija.
Como en los otros casos anteriores, los homicidas huyeron del sitio sin dejar ningún tipo de rastro.
Los cuatro homicidios, todos ellos en la jurisdicción del municipio fronterizo con Colombia, son investigados por miembros del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
Las autoridades manejan la hipótesis que estos hechos guardan relación entre sí, pues pese a que las víctimas no eran amigos o conocidos, sí laboraban en ocasiones en la venta de combustibles de manera ilegal o de contrabando, versión que es cotejada por los investigadores para trata de obtener pistas que los lleven hasta los autores intelectuales de estos crímenes.
Pablo Eduardo Rodríguez