A punto de finalizar el momento más sagrado de la misa de la tarde en la Iglesia Nuestra Señora de Fátima de Barrio Sucre, los feligreses sintieron un irritante olor que no era incienso, sino el humo de las bombas lacrimógenas que desde afuera venía, entrando en un pánico que se acrecentó cuando dos motorizados de la GN se atrevieron a entrar en el recinto sagrado.

Luego de ejercer divinas al repartir la sagrada eucarística, el presbítero Jairo Clavijo tuvo que asumir funciones más humanas y más peligrosas, encarando el desalojo de los militares al templo, y la evacuación de niños y ancianos por salidas traseras, mientras un grupo de 40 militare más en motocicletas rodeaban el lugar.

Además de enfrentar esa incursión aterrorizante, el sacerdote debió soportar los improperios del general a cargo de las acciones, cuyo contenido prefirió reservarse por respeto a los presentes en la rueda de prensa que se ofreció en la mañana del jueves a las afueras de la iglesia donde estaban congregados religiosas, líderes políticos y gente de la comunidad.

Clavijo hizo un llamado a los funcionarios al respeto, que es un “valor que se ha perdido en Venezuela, donde todos pisoteamos a todos”

“Ayer –el pasado miércoles- esas personas no procedieron de una manera adecuada, de un modo humano sino de un modo irracional y les pido sindéresis. Hubo ofensas de parte del general  y me da vergüenza decirles las vulgaridades que me dijeron”.

Beatriz Moreno en nombre del grupo de personas que acudió a la Iglesia Nuestra Señora de Fátima de Barrio Sucre en apoyo al presbítero afirmó que esta acción pone en tela de descrédito a la Guardia Nacional. Dijo que este tipo de atropellos se puede cometer en contra de cualquier culto religioso.

“Ha profanado a nuestro Dios Todopoderoso –agrego Moreno- a nuestros feligreses, a monseñor Moronta y al pueblo tachirense que es muy católico. Estos atropellos son propios de un régimen comunista. Nosotros no vamos a permitir que esto se repita más, y hacemos un llamado a los creyentes a que defiendan todas sus iglesias”.

Por su parte, monseñor Moronta calificó el hecho “de suma gravedad y es un ataque contra la Iglesia Católica”, por lo cual “la Diócesis tomará las previsiones del caso y promoverá las actuaciones que se consideren pertinentes”, dijo.

Así mismo expresó su solidaridad con el párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Fátima, presbítero Jairo Clavijo, y toda su feligresía “a quienes acompaño con mi oración y las actuaciones que promoveremos”.

“Este evento –se lee en el comunicado oficial del Obispo- es de suma gravedad y es un ataque contra la Iglesia Católica. Responsabilizo al mencionado general Ochoa, así como a las autoridades militares de las región de este vil evento que de por sí ya habla de la intencionalidad de los atacantes que no tienen el menor respeto a la dignidad humana y ni siquiera manifiestan tener temor de Dios.La Diócesis tomará las previsiones del caso y promoverá las actuaciones que se consideren pertinentes.

Freddy Omar Durán