Padre e hijo fueron asesinados a tiros, este domingo, por sujetos desconocidos, en hechos aislados con escasas tres horas de diferencia uno del otro, en San Antonio del Táchira, en lo que se presume, se trató de represalias de paramilitares que operan en la zona, porque las víctimas se habrían negado a pagarles vacuna.
En primera instancia, el comerciante Leopoldo Albarracín, de 50 años de edad, propietario del Club Turístico Santa Eduviges, en el sector La Capacha, en la parte posterior del cementerio de San Antonio, fue asesinado de un balazo en el rostro por parte de dos sujetos desconocidos que irrumpieron en el establecimiento y que sin mediar palabra le dispararon, causándole la muerte en el acto.
Posteriormente, los asesinos huyeron en un vehículo cuyas características no fueron precisadas por los testigos.
Un poco más tarde, antes de las 10 de la noche del mismo domingo, Jeison Alejandro Albarracín Rodríguez, de 30 años, hijo del comerciante antes mencionado, corrió con la misma suerte cuando dos hombres armados, lo interceptaron en plena vía pública, en la calle principal de la invasión Che Guevara, y le causaron la muerte al dispararle a mansalva hasta provocarle la muerte.
De ambos casos tuvieron conocimiento las autoridades policiales locales que de inmediato se trasladaron hasta los sitios.
Politáchira se ocupó de resguardar ambas escenas, y el Cicpc subdelegación San Antonio, de practicar experticia, colectar evidencias y entrevistar a los testigos, para luego trasladar los cuerpos a la morgue el Hospital Central de San Cristóbal.
La presunción de que padre e hijo hubieran sido asesinados por sicarios paramilitares, se dejó correr, de manera extraoficial, entre las autoridades, por cuanto aparentemente hace unos días unos sujetos extorsionadores que se habrían identificado como irregulares, irrumpieron en el club familiar para poner en conocimiento a Albarracín de que tenía que pagar vacuna, exigencia a la cual el comerciante se habría negado.
Miriam Bustos