Regional
“Tenemos suficiente combustible para encender los motores de la revolución”
11 de mayo de 2019
“Asumiendo el compromiso y la palabra empeñada, cuando abordé la necesidad de encender los motores de la revolución, donde quedó pendiente lo de los combustibles para encender la chispa y arranque de esos motores, traigo desde allá, desde la Casa de América Latina, en San Rafael de Cordero, esos combustibles”.
Es el Politólogo, profesor universitario Eduardo Marapacuto quien expone dicha reflexión tomando como palabras de Hugo Moyer: “sin combustible no funcionan los motores”; de allí su propuesta de: “Los cinco combustibles de la revolución”, “recogidos en un denso libro, que publicamos en el año 2007 allá en el Fondo Editorial Simón Rodríguez, del cual fui su creador y fundador”.
Explica que el primer combustible, “se refiere a la necesidad de decir la verdad y ser leal al líder como dice Moyer: -estamos obligados, a pensar, decir y actuar con la verdad por delante, si en realidad creemos y nos sentimos revolucionarios, como Cristo, el Che, Gandhi y la Madre Teresa de Calcuta-. Precisamente, decíamos en ese tiempo y lo seguimos sosteniendo en el momento presente que en Ronald Blanco La Cruz, quien fue gobernador del estado Táchira, encontramos esa lealtad, cuando afirmó: “…en nuestro corazón no hay sino tiempo para la victoria, para la lealtad, para el compromiso revolucionario”.
—Por supuesto, hay otras lealtades que hay que destacar, como la de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, y hasta el mismo pueblo siguen leal a una causa y al legado revolucionario, acompañado ahora por: ¡Leales siempre¡, ¡Traidores nunca! De las traiciones y traidores no hablaremos aquí porque traición es traición-, agrega Marapacuto.
—El segundo combustible, planteado por Hugo Moyer es la necesidad de pulverizar la burocracia y la corrupción, que son como un “veneno mortal que corre por el torrente sanguíneo, de la sociedad y el Estado”. La salud de la democracia revolucionaria siempre estará amenazada si no se combaten con firmeza estas dos células cancerígenas-, dijo.
Expone que el tercer combustible, apunta a elevar la capacidad de gobierno , “es decir, el esfuerzo y la práctica gubernamental deben estar orientados hacia la eficiencia, un gobierno con capacidad de respuesta inmediata a las demandas de los diferentes sectores, particularmente de los más pobres”.
—Si la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, entonces hay que gobernar con, por y para el pueblo. Esa es la premisa fundamental del régimen democrático y el cuarto combustible refinado por Hugo Moyer para avivar la llama de la revolución. Para lograr ese gobierno del pueblo, es fundamental darle poder a las comunidades y abrir los espacios de la participación. Es de esa manera como se construye el verdadero poder popular-, destaca el Politólogo.
Expone que el quinto y último combustible de la revolución propuesto por Moyer, de “disminuir la pobreza y aumentar la felicidad de la sociedad», “no sólo acelera los motores, sino que refresca, oxigena y fortalece el sistema revolucionario. Parafraseando a Thomas Kuhn, la naturaleza de las revoluciones lleva implícita transformar las sociedades y conducirles hacia las llanuras de la felicidad”.
—De acuerdo con Moyer, los cinco combustibles que se esbozan en su libro, “se explican y desarrollan, mediante una selección de artículos escritos y/o publicados, desde el 6 de diciembre de 1998, fecha en la que ganó Chávez la presidencia, para llenarnos de esperanza por el futuro de Venezuela, hasta el más reciente artículo, publicado en enero del 2007-, subrayó el catedrático. (AM)