La Alternativa Democrática tiene que tener una conducción política única, una organización eficiente, una estrategia inteligente, candidatos únicos… y por supuesto, un candidato único a la Presidencia de la República.
Los venezolanos estamos sumergidos en un tenebroso laberinto. Frente a esa realidad muchos nos hacemos dos preguntas fundamentales: Primero, ¿Cómo fue posible que llegáramos a la espantosa situación en la que estamos? Segundo, ¿Cómo es posible que en 20 años de sufrimiento, los venezolanos que estamos opuestos a este régimen y que anhelamos un cambio, no hayamos sido capaces de construir una Alternativa Democrática seria, capaz de sustituir al régimen imperante?
En relación con la primera pregunta, hay que admitir que el liderazgo nacional cometió todos los errores que había que cometer para que un oficial ignaro, sin ninguna preparación para ser Presidente de la República y cuyo único antecedente conocido era el de haber encabezado un intento de golpe fracasado, llegara a la Presidencia de la República.
El inventario de todos esos errores todavía está por hacerse. Por ahora, basta recordar las plataformas electorales que presentaron los principales partidos democráticos a la consideración de los electores en las elecciones de 1998. Elecciones que, por supuesto, tenía que ganar Chávez.
En relación con la segunda pregunta basta con mencionar un hecho. La oposición venezolana en 20 años de Socialismo del Siglo XXI no ha sido capaz de construir una alternativa democrática. Hemos tenido no una oposición, sino muchas oposiciones. Muchas pequeñas oposiciones, cada una armada de una pequeña agenda y animadas por pequeñas ambiciones personales que no han sido capaces de construir la gran alternativa democrática nacional que coloque los intereses del país por encima de las pequeñas agendas y de las pequeñas ambiciones.
La Alternativa Democrática tiene que tener una conducción política única, una organización eficiente, una estrategia inteligente, candidatos únicos para las elecciones de Alcaldes, de Concejales, de Gobernadores, de diputados a los Consejos Legislativos regionales y por supuesto, un candidato único a la Presidencia de la República.
En cuanto a la estrategia, queda clarísimo que, cuando todas las encuestas señalan que el gobierno pierde 80 a 20% no hay que buscar a Dios por los rincones. Hay que presionar hasta que se logre celebrar un proceso electoral con la mayor cantidad de garantías posibles, para lograr el cambio político que la abrumadora mayoría de los venezolanos anhelamos.
Seguiremos conversando. /@EFernandezVE
(Eduardo Fernández)