Desde Caracas y La Habana también negaron que exista una alianza para apoyar militarmente al régimen a cambio de proteger a sus cabecillas, incluido alias Pablito, por quien el Gobierno de Colombia ofrece una recompensa de 1,3 millones de dólares, reseñó El Tiempo de Colombia.
Pero habitantes de al menos 39 municipios de los estados de Zulia, Táchira, Apure, Bolívar y Amazonas piensan todo lo contrario. El Tiempo obtuvo testimonios según los cuales, al menos dos veces al mes, hombres de camuflado, con el brazalete del ELN y fusiles al hombro, hacen presencia en esos lugares.
Según líderes de la región, reúnen a parte de la población en escuelas públicas rurales para repartirles las llamadas cajas Clap (de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción), un sistema de control social que el régimen usa con los sectores más pobres de ese país.
Los minimercados siempre vienen en cajas con el rostro de Hugo Chávez y el de Nicolás Maduro. Pero ahora tienen una calcomanía verde, con una leyenda en letra menuda, como han asegurado desde 2018 fuentes locales, quienes lanzaron la primera alerta hace algunos meses.
“El ELN, a través del frente ‘Carlos Germán Velazco Villamizar’, siempre junto al pueblo sembrando sueños, raíces y esperanza de una vida mejor, comparte el legado del comandante Hugo Chávez para superar la guerra económica. Garantizamos el amor a los niños y el abastecimiento soberano al pueblo. Sintoniza nuestra emisora Antorcha Estéreo. Todos los días 90.1 FM”.
Debería ser el Gobierno el que reparta estas cajas, y aunque a uno no le parece correcto que guerrilleros colombianos repartan los mercados, aceptamos las cajas por la necesidad que vivimos
Uno de los pobladores se arriesgó a fotografiar las cajas Clap con el sello del ELN. Y, según dijo, los guerrilleros realizan esas ‘jornadas sociales’ escoltados y en camionetas con placas oficiales.
“El ELN sigue repartiendo estas cajas en las mismas zonas; no fue en algo temporal. Y el adoctrinamiento es aún más profundo porque ya no se está dando solo en las zonas de frontera sino que están avanzando hacia el interior del país. Todo esto, incluyendo las imágenes, lo denunciamos ya ante la Corte Penal Internacional y ahora en junio lo vamos a llevar a la Organización de Estado de Americanos (OEA), que se reúne en Medellín”, le dijo a EL TIEMPO Clara Ramírez, subdirectora de esa ONG.
‘Rondas’ escolares
Pero esa no es la única colaboración estratégica que la subversión colombiana estaría prestando para el sostenimiento de la dictadura.
Reporteros de este diario establecieron que las jornadas también son utilizadas por el ELN –como lo hace en sus zonas de influencia en Colombia– para realizar adoctrinamiento político a los pobladores y a los menores de los cinco estados donde tienen carta blanca para repartir las Clap.
“En la zona limítrofe del río Táchira, ellos (ELN) pasan en manada con ‘full’ armamento y no les importa si los niños o los profesores estamos aquí. Muchas veces los niños no van porque los del Eln los ponen a trabajar. Pero a los que están, les dejan folletos y cartillas para pintar con consignas que los alaban”, afirmó una profesora de la región.
Copia espejo
Pero la repartija de cajas Clap y el adoctrinamiento no son las únicas irregularidades que despierta inquietud.
También hay denuncias que señalan que parte de las 228 mil 994 armas que se han perdido de guarniciones militares de Venezuela terminaron en poder de esta guerrilla y de otras organizaciones criminales, como las disidencias de las Farc y hasta bandas de delincuencia común.
Organismos de inteligencia colombianos y estadounidenses tienen en su poder una copia espejo de las marcas y seriales de armas que al menos desde el 2015 se vienen perdiendo de los cuarteles. La data con esa información ha sido recopilada por FundaRedes y está basada en actas que el poder militar se ha negado a divulgar, pero que EL TIEMPO pudo conocer.
“Se pasó revista física del material de guerra que se encuentra en los parques de compañías, polvorín y armería de esta unidad táctica, encontrándose con la novedad de que al momento de la revista del polvorín se decretó la ausencia de 8.400 cartuchos de 762 x 39 mm, munición de carga básica, y 3.100 cartuchos de 9 mm”, dice el radiograma 0364 de diciembre de 2016, dirigido al Comandante de la Brigada 25 de Infantería Mecanizada de Táchira.
Y en el acta policial 030-10 de la misma época, dirigida al Ministerio de Defensa, se confirma que –tras revisar la irregularidad reportada en el acta anterior– no se detectó señal alguna de violación a los sistemas de seguridad de la guarnición, por lo que el armamento perdido pudo ser sacado por el mismo personal uniformado que tiene acceso legal.
En todo caso, EL TIEMPO estableció que tanto el tema de las armas como el de las cajas Clap están siendo investigados por al menos cuatro gobiernos. Y en ese último acápite aparece de manera insistente el nombre del empresario barranquillero Álex Saab.
En vilo captura del ‘rey’ de los suministros
El empresario Álex Saab, señalado testaferro del régimen de Nicolás Maduro y cuyo paradero hoy se desconoce, logró evadir el viernes una orden de captura en su contra. En efecto, un juez de garantías de su natal Barranquilla negó la solicitud de medida de aseguramiento que la Fiscalía presentó dentro del proceso que le sigue por lavado de activos, enriquecimiento ilícito y contrabando.
Lee el trabajo realizado por la Unidad Investigativa de El tiempo de Colombia