«Cese de la usurpación, gobierno de transición, y, elecciones libres” es la propuesta presentada a los ciudadanos como hoja de ruta en la lucha política en Venezuela para este 2019.
No es casual este orden, y es importante explicarlo, ahora que existen sectores que comienzan a hablar de elecciones exclusivamente; como consecuencia del reto que Maduro le propone a los partidos; en el sentido de convocar elecciones parlamentarias, y sectores que generan opinión y algunos sectores partidistas piensan que si se incorpora la elección presidencial sería bueno participar.
El modelo político actual en Venezuela es un régimen autoritario, otros señalan que es una tiranía. Por tanto, no es democrático, y, si es comunista.
La transición nace cuando se acaba la tiranía, y termina cuando se realizan elecciones libres. No pudiera existir continuidad administrativa, ya que la revolución vacío el contenido constitucional, conformando un Estado paralelo, con decisiones gubernamentales que en su mayoría son ilegales e inconstitucionales.
En el centro de estudios políticos de la universidad católica Andrés Bello, han estudiado el tema en profundidad, recogiendo experiencias de otros países en similares circunstancias; y señalan; que, son tres los pilares para que la transición sea exitosa.
En primer lugar, la recuperación del Estado de derecho (El estado y los ciudadanos sometidos al imperio de la ley), en segundo lugar, la legitimidad del régimen democrático (re institucionalizar el estado y sus mecanismos) y tres, la capacidad del Estado de dar respuestas a las ingentes necesidades ciudadanas que está en niveles de crisis humanitaria.
De la importancia de la transición podemos extraer las preguntas a los que quieren elecciones, a saber: ¿cómo se pretende ir a elecciones sin que se haya recuperado primero el estado de derecho? ¿Cómo se pretende recibir de la Tiranía un Estado sin capacidad de resolver en lo inmediato las respuestas a la crisis?
Se dice: “la única solución para Venezuela es la salida de maduro” y, con este argumento, quiere ablandar al ciudadano para que acepte unas elecciones presidenciales, con la afirmación de que las ganamos. Revisemos esto para ver si es verdad.
Maduro es un (1) actor de la Tiranía, está en el Poder Ejecutivo, pero no es el único. Salir de Maduro no implica salir de la Tiranía. El régimen impuesto en Venezuela tiene muchos actores. (El resto de los poderes, los militares, los cuerpos policiales represores, guerrilla, colectivos, narcotráfico, corrupción)
Una elección cambia un solo actor y mata la transición que es obligatoria.
El cese de la usurpación es para cambiar y desplazar a todo el régimen y no una parte. El éxito de un nuevo gobierno democrático, lo constituye una transición exitosa.
Es grave y de un daño irreversible en política otra falsa percepción de las realidades, ya son muy caros los errores cometidos. Nos debilitamos si erramos en la línea política.
Quien pide cambio no cuenta con la fuerza suficiente para imponerlo, y por tanto los términos del cambio no los puede acordar, ni en diálogos ni negociaciones.
Solo cuando la coalición gobernante se quiebra, y, se resquebraja, es cuando surge el dialogo y la negociación, para bajar los costos del desplazamiento del régimen; hacerlo antes como se pretendió, nos trajo a este punto.
Los que piensan en elecciones piensan desde su Ego en ellos y sus partidos, los que pensamos que es indispensable la transición, pensamos en el ciudadano y el país.
Recibir un gobierno de manos de Maduro sin transición, es recibir un Estado sin capacidad para resolver enfrentado al reclamo social, llegando a una ingobernabilidad peligrosa.
Sin transición exponemos a la democracia a un fracaso, y sería el camino de retorno del chavismo.
Saldremos de este valle de oscuridad.
Dios los bendiga.
Carlos Casanova Leal