Al otro lado de la frontera hay denuncias que indican que los revendedores disponen de vehículos adaptados para “chupar” grandes cantidades de combustible, y que se ha visto como por un carro pequeño que puede ser abastecido con 50 mil pesos, se llega a pagar hasta 200 mil pesos en combustible
Una versión insólita –por no decir irónica- apunta a que las largas colas de gasolina en Cúcuta se deben en parte a que desde esa ciudad se estaría contrabandeando gasolina hacia Venezuela, una situación que hace unos meses parecería impensable.
En Cúcuta se reporta que esta situación ha llevado –como en San Cristóbal- a que en el interior de la ciudad se esté dando un “mercado negro” para aprovisionar a los conductores locales, donde un galón de gasolina se vende entre 12 mil y 14 mil pesos.
Al otro lado de la frontera hay denuncias que indican que los revendedores disponen de vehículos adaptados para “chupar” grandes cantidades de combustible, y que se ha visto como por un carro pequeño que puede ser abastecido con 50 mil pesos, se llega a pagar hasta 200 mil pesos en combustible.
Sin embargo, los diarios colombianos manejan como origen del desabastecimiento a la decisión del gobierno colombiano de poner fin a la gasolina subsidiada, lo que ha llevado a compras nerviosas, y al hecho de que, a diferencia del pasado, no es tan fácil disponerse de la gasolina de contrabando que provenía de Venezuela, precisamente por la escasez que sufre nuestro país. Con el fin de la gasolina subsidiada, el cucuteño tendrá que pagar por galón entre nueve mil y nueve mil quinientos pesos galón.
Como informó Diario La Opinión el gobernador de Norte de Santander William Villamizar Laguado expresó que el cupo de 10,5 millones de galones era insuficiente para atender la emergencia en Norte de Santander, por tanto, pidió al Ministerio de Minas y Energía que activara un plan de emergencia para contrarrestar la alta demanda de combustible en la ciudad.
Aunque algunas hipótesis podría indicar a que son distintas los elementos que de lado y lado manejan esos negocios ilícitos, otras aseguran que se trata de una sola mafia que a sus anchas a se mueven entre las dos naciones.
Mientras tanto las gandolas siguen llegando a granel a San Cristóbal, y algunas, aprovechando que cuentan con compartimento doble surten hasta dos estaciones de servicio.Lo cierto es que ningún tipo de vehículos–ya sean a gasolina o a gasoil- se han visto exentos de padecer por el desabastecimiento, hasta las motos –con capacidad promedio de 7 litros, esperan por días en las estaciones de servicio que le han sido asignadas.
Pero mientras un sector sostiene que sencillamente están arribando muy pocas gandolas al Táchira, otro sostiene que están llegando suficientes e incluso más que otros estados del país, y que lo que se debe vigilar son a los automóviles que se la pasan toda la semana rondando de establecimiento en establecimiento. Hasta los detractores del TAG, han pedido que se reactive el sistema en previsión de la operación carrusel y de los que en una sola semana andan de cola en cola.
La gasolina ha llegado a ser un producto tan valioso en el Táchira, que incluso ha sido considerada como moneda de cambio para hacer transacciones con diversos bienes, incluso del rubro alimentación. En redes sociales se ven ofertas en restaurantes, que incluso reciben gasolina como pago.
Freddy Omar Durán