La beneficencia son todos los actos de carácter donativo o ayuda voluntaria a las personas necesitadas o a las instituciones, tanto públicas como privadas. En el caso de instituciones públicas, según su legislación, en algunos países se constituye en juntas de beneficencia, para administrar los recursos dedicados al mantenimiento y a las inversiones de cada una de ellas… El concepto de beneficencia está asociado muchas veces a la filantropía, la cual significa “amor al prójimo”. La persona filántropo tiene como característica una actitud constructiva, sin recibir respuesta o solicitar algo a cambio por su generosidad. Las mayores ventajas de las instituciones benéficas consisten en que gracias a su estructura, recursos y disponibilidad, pueden cubrir más lugares y por tanto favorecer a muchas personas. Uno de los casos más emblemáticos de beneficencia lo constituye Bill Gates, como propietario de Microsoft, quien posee la más importante fundación benéfica del mundo. Entre sus objetivos tiene la innovación en la educación y la salud en casi todos los países, así como un destacado trabajo investigativo para combatir el VIH y prevenir otras cuantas enfermedades.
Entre las instituciones de beneficencia más comunes y destacadas se encuentran las siguientes: casas de misericordia para dar acogida y refugio a las mujeres que concebían ilegítimamente, trataban de ocultar el embarazo y el parto; casas de socorro, casas de expósitos o inclusas, para recoger a los niños abandonados o de padres desconocidos; casas de maternidad, casas de socorro, hospitales de enfermos, hospitales de perturbados o manicomios, hospitales de convalecientes y socorros domiciliarios, para las personas carentes de medios de subsistencia.
Uno de los atributos más sobresalientes de la beneficencia es la contribución a la promoción del diálogo, la solidaridad y la comprensión mutua entre personas. Además de alivianar los peores efectos cuando existen crisis humanitarias, complementan y consolidan los servicios públicos destinados a la atención de la salud, la educación, la vivienda y la protección de la infancia abandonada. Para reconocer la importancia de este compromiso social y humanitario, los países integrantes de las Naciones Unidas adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para contribuir a su fortalecimiento. Entre los objetivos, hay seis elementos esenciales: la dignidad, los seres humanos, la prosperidad, la justicia, el planeta y las alianzas. Ellos tienen la propiedad de transformar nuestras vidas y al planeta mediante la armonización, para sortear los desafíos que enfrenta la humanidad. Asimismo, para proporcionar lineamientos para que las instituciones filantrópicas faciliten a las personas ayudar al mejoramiento de nuestro hábitat.
Como un reconocimiento y tributo del rol de la caridad para mitigar el sufrimiento humano alrededor del mundo, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la resolución A/RES/67/105, aprobó designar el 5 de septiembre como el Día Internacional de la Beneficencia. Tal selección de esa fecha es un homenaje para conmemorar el aniversario del fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta. Ella fue una monja y misionera de renombre por su labor socorrista. La Madre Teresa nació en la antigua Yugoslavia en 1910, con el nombre de Agnes Gonxha Bojaxhiu. En 1928 viajó a la India, donde practicó la ayuda a los indigentes. En 1948 adquirió la ciudadanía india. En 1950 en su nuevo país creó la orden de las Misioneras de la Caridad en Calcuta. Institución que con el tiempo adquirió notoriedad por su labor para trabajar por los más pobres y los moribundos. A través de 45 años la misionera desempeñó su función entre los pobres, enfermos y desahuciados. Durante ese período las Misioneras de la Caridad cubrían con éxitos la India y al tiempo se extendían por muchos países, con la creación y sostenimiento de hospicios, residencias para los pobres, desamparados y enfermos.
Su desempeño caritativo obtuvo el reconocimiento y alabanza a nivel mundial por múltiples gobiernos e instituciones internacionales. En ese sentido, recibió varios premios y distinciones. Uno especial fue el Premio Nobel de la Paz en 1979, al considerar que “la pobreza y la angustia constituyen una amenaza a la paz”. Después de cumplir tan extraordinaria labor filantrópica, la Madre Teresa murió el 5 de septiembre de 1997, a la edad de 87 años.
Al hacer un esbozo de la magnitud de la beneficencia en el mundo, ahora nos referimos a la profunda crisis humanitaria que nos afecta a los venezolanos por las políticas inapropiadas, inadecuadas e inoportunas impuestas desde hace 18 años por el nefasto y deshumano gobierno socialista chavista-madurista. Lo que sucede actualmente en Venezuela no tiene parangón en su historia republicana. Millones de personas pasan hambre por la escasez de alimentos y el altísimo costo de los poquitos que se consiguen. Miles de compatriotas mueren por falta de medicinas. Amén de millares de personas que comen desperdicios de la basura. Esto nunca se había visto en el país. Pero en socialismo lo que abundan son problemas de toda índole. Al celebrarse el 5 de septiembre el Día Internacional de la Beneficencia, pidámosle al Todopoderoso no lleguemos a una situación catastrófica de solicitar ayuda internacional de beneficencia para no morirnos de hambre, salud, tristeza y pobreza. Que la mano de Dios nos ilumine, nos proteja y bendiga en estos momentos cruciales para los 30 millones de venezolanos…
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Alejo García S.