En el marco de los 20 años en el Táchira del Obispado de Monseñor Mario Moronta, el secretario de gobierno, Jorge Pernía, en representación de la gobernadora Laidy Gómez, acudió a  la santa eucaristía  realizada en la Basílica de nuestra señora de la Consolación en la localidad de Táriba.

Para el Gobierno regional  este pastor de la Iglesia Católica, ha  marcado un hito en la región por promover la solidaridad y doctrina cristiana, así lo aseguro Penía.

Refirió que monseñor Mario Moronta es un ejemplo en el ámbito nacional y regional, y con la celebración de la misa en acción de gracias, todos los tachirenses rinden honores con alegría y respeto al Pastor Católico por el apostolado íntegro y que con dedicación ha cumplido el representante de la iglesia.

Por su parte, monseñor Mario Moronta, agradeció primeramente a Dios por su Obispado en el Táchira, a los sacerdotes por la paciencia y al pueblo por su cariño, “debo agradecer a Dios por las cosas buenas que me ha permitido aprender y lo que he podido realizar a través de mi modesto servicio con la guía del Espíritu Santo”.

Dijo que en esta celebración de sus 20 años de Obispado en el Táchira, renovó el compromiso de seguir adelante como servidor y testigo en esta tierra, a la vez exhortó a los venezolanos a que no pierdan la esperanza debido “a que la verdadera fuerza que cambiará el país está en todos”.

En medio de dos filas de párrocos provenientes de diferentes puntos de la entidad tachirense que  rendían honores y lo acompañaban desde la calle al altar de la Virgen de la Consolación, Monseñor Mario Moronta fue enfático al pronunciar que no se debe “pensar en pajaritos preñados, ya que la gente más pobre y más necesitada, es la que va a dar la repuesta al país”.

A este acto de conmemoración, asistieron los párrocos de las diferentes iglesias del Táchira y Tren Ejecutivo regional, a la vez estuvieron presentes grupos católicos y comunidad en general de la Perla del Torbes, quienes con una gran ovación recibieron al Obispo del Táchira, a su llegada a la Basílica nuestra señora de la Consolación.