A cuatro años de masticar bronca y salir expulsado por una provocación, Edinson Cavani le cobró a Chile la deuda. Con un cabezazo le dio a Uruguay el triunfo 1-0 para ganar el Grupo C de la Copa América, poner a la Celeste en cuartos ante Perú y enviar a la Roja contra la candente Colombia.
En el mítico Maracaná, Cavani y Gonzalo Jara, el defensa que provocó al ‘Matador’ al introducirle un dedo entre las nalgas en partido de cuartos de la Copa América de Chile-2015, volvieron a estar frente a frente.
Esta vez fue el charrúa el que sonrió y el chileno fue un testigo privilegiado del salto y del cabezazo espectacular del atacante del París Saint Germain a los 82 minutos.
El ‘Matador’ niega sentir que se tomó revancha, pero los hinchas lo vivieron así.
«Todos los goles significan lo mismo, hacer un gol con esta camiseta es lo más lindo que nos puede pasar (…) no tomo nada como revancha, el fútbol es así pasan los partidos y vienen otros», aseguró Cavani al finalizar el choque.
Con la habitual calma que lo caracteriza, el delantero prefirió centrar sus palabras y sus emociones en lo que significa para la Celeste terminar primera en el Grupo C.
«Queríamos pasar primeros sin saber lo que viene después, para dejar buena imagen en la serie y seguir con esta actitud», soltó el ‘Matador’.
– ¿La Copa de Cavani? –
En un partido caliente, Cavani marcó su gol 48 con la Celeste y apenas el segundo en Copa América, en el partido 200 de Uruguay en el torneo de selecciones más antiguo del mundo, un récord.
El goleador llegó a Brasil-2019 con una marca nefasto en la Copa: cero gol en tres ediciones previas.
El maleficio se rompió ante Ecuador en el debut en Brasil-2019. El salteño rompió la mala racha con una tijera espectacular que perforó la red de Alexander Domínguez.
«Por momentos (los tiros) entran y por momentos no entran», aseveró el ’21’ de la Celeste, tras ese debut a toda máquina del equipo, que goleó 4-0.
Así de simple vive el fútbol este jugador que con algunos gestos se ganó el cariño de buena parte de la hinchada brasileña.
En el entretiempo del duelo ante Japón, que terminó sorpresivamente con empate 2-2, el ‘Matador’ entregó su camiseta a un pequeño hincha local que miraba el partido en el Arena do Gremio de Porto Alegre.
Apenas un mimo a la hinchada de un jugador reconocido por su tranquilidad fuera de la cancha y su solidaridad dentro del equipo.
Un remanso de paz que sólo deja de lado con su voracidad goleadora, una sed de gol que junto a la de su compadre de ataque Luis Suárez elevan a Uruguay a la élite y permiten a la afición soñar con levantar en Brasil su 16 Copa América.
AFP