Para el profesor universitario y abogado, Carlos Casanova, “no es posible que una protesta pacífica, en reclamo por la escasez prolongada de gas, termine con un resultado lamentable que hoy nos mantiene a los tachirenses en estado de tristeza y de impotencia, al apreciar que un joven pierde sus ojos y su rostro termina con tantos impactos de perdigones como un blanco”.
—La Policía del estado actuó con desproporción frente a una protesta ciudadana pacífica; el impacto de perdigones en el rostro del joven pudo matarlo, por la cercanía y por lo frágil que resulta el rostro para estos impactos -dijo-.
Repuso que la normativa policial establece el uso progresivo y diferenciado de la fuerza policial: “la responsabilidad no solo la tiene el actor, sino los jefes que ordenaron tal acción, puesto que esa protesta nunca se salió del nivel ordinario de protesta”.
—La policía debe saber que la protesta crecerá en proporción a la escasez, que el ciudadano exige el cumplimiento del ejercicio de sus derechos a un Estado fallido, que es incapaz de garantizar los niveles mínimos para garantizar la vida -señaló-.
Dijo que después de tres o cuatro meses sin gas, la policía debe saber que se sumarán siempre más ciudadanos a la protesta y “no es la represión la respuesta”.
—El régimen de Maduro actúa al margen y fuera de la Constitución bolivariana, toda vez que nada de lo que sucede en el país está escrito en la Carta Magna; todo lo contrario, la soberanía alimentaria se expresa en términos de abundancia y no de escasez -advirtió-.
Casanova considera que esta revolución “nos llevó a todos a ser pobres, a estar en condiciones de sobrevivencia, lo cual es inaceptable”.
—Este caso, que se suma a otros miles de violaciones de los derechos humanos, debe ser elevado a instancias internacionales, repuso.
Por estas acciones desproporcionadas de funcionarios policiales y militares, “promovemos una ley de reparación de víctimas de la represión”. (AM)