De acuerdo con fuentes vinculadas a las investigación, podrían ser de los conocidos como “colectivos” los tres hombres decapitados en la frontera, cuyas cabezas les fueron incautadas a cinco venezolanos que, a través de una trocha, las movilizaban en dos costales, desde territorio colombiano hacia el municipio Pedro María Ureña, el pasado sábado.
Tal información precisamente coincidió, este martes, con la apreciación de la periodista Sebastiana Barráez, que publicó en su cuenta de Twitter: “Las tres cabezas pertenecen a tres ‘colectivos’ que los paracos de El Paisa agarraron en la trocha Grullo”.
Y en el artículo que sobre el macabro suceso escribió Barráez detalló que “…hace unos días, tres «colectivos«, como llaman a civiles armados, estaban «cobrando vacuna» (obligando a que las personas aporten dinero a su causa) en la trocha Grullo de Ureña, Táchira, cuando fueron capturados por paramilitares del grupo La Línea, de alias «el Paisa», quien se los llevó y los descuartizó”.
Por otra parte, la identidad de los tres decapitados no ha sido determinada aún, por lo menos hasta este miércoles, y tampoco había acudido nadie para tratar de reconocerlos en la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, donde permanecen refrigeradas las tres cabezas.
De allí que se presume que las víctimas provenían de otros estados del país y que, si tenían familia, no se han enterado todavía de lo que les ocurrió.
En relación a los panfletos amenazantes que junto con las tres cabezas les fueron incautados en dos los costales a los cinco venezolanos, su contenido se hizo público y viral en las redes sociales.
Como ya se había informado, la autoría de los volantes y por ende de la decapitación de los tres hombres, es de las Autodefensas Unidas Colombo-Venezolanas, como se hace llamar el grupo criminal.
Toque de queda a las autoridades
Allí hicieron una serie de amenazas contra organismos militares y policiales venezolanos que tienen su radio de acción en los municipios fronterizos tachirenses, pero las intimidaciones también las dirigieron a funcionarios puntuales, incluyendo al jefe nacional del Cicpc, comisario Douglas Rico, a los cuales señalan de presuntamente apoyar y favorecer las acciones de los guerrilleros y de los colectivos.
Mientras que a organismos como el Conas y el Cicpc les advierten en los panfletos que si algunos de sus integrantes son vistos en la calles de esos municipios, después de las 8 de la noche, serán declarados objetivos militares; es decir, prácticamente les estarían decretando un “toque de queda”.
“Los paramilitares han responsabilizado al Cicpc de asesinar, en represalia por el asesinato de los tres jóvenes descabezados, a cuatro maleteros, presentándolos como si fueran integrantes de las Autodefensas”, añadió Barráez en su más reciente publicación, en la que a su vez asegura que, el lunes 1º de julio, el Paisa atacó a tiros “el comando de la Guardia (al parecer de Ureña), siendo afectado por más de mil impactos de fusil”. (MB)