La parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Peribeca, celebró recientemente la primera ordenación de un sacerdote de su comunidad.
El obispo diocesano consagró al presbítero Andrés Ricardo Ramírez Prato, nativo de la aldea Catarnica. En la ceremonia acompañaron sacerdotes y fieles en oración por el nuevo sacerdote de la Diócesis de San Cristóbal.
“Hoy, de una manera sacramental, se reitera la llamada por la voz de la Iglesia, y con énfasis también sacramental, nuestro hermano responde con un sí que compromete toda su existencia. Es llamado y elegido, con lo cual nos damos cuenta de que es consagrado. Por otra parte, esta consagración lo configura a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote”, reflexionó monseñor Mario Moronta en la homilía.
También el obispo señaló que “nos encontramos ante una nueva expresión del amor prodigioso de Dios. Él no solo llama y elige, sino que, por la respuesta positiva de Ricardo, lo transforma espiritualmente al concederle la gracia del Espíritu Santo. Entonces, a partir de hoy, al actuar en nombre de Cristo y de la Iglesia, se presenta como un servidor del pueblo de Dios, un testigo del Sumo y Eterno Sacerdote, y otro Cristo”.
En la ceremonia, el rector del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino, presbítero José Lucio León Duque, presentó ante el obispo y la comunidad al neosacerdote. Posteriormente, siguiendo el ceremonial de ordenación sacerdotal, monseñor Mario Moronta le impuso las manos y pronunció la oración consagratoria.
En la ceremonia, y en primera fila, también estuvieron presentes los 20 jóvenes aspirantes al Seminario Mayor de esta iglesia local, que participan esta semana en el Cursillo de Admisión.
El presbítero Andrés Ramírez, por su parte, agradeció a Dios por el llamado vocacional. Y también enfatizó en su gratitud a su papá y su mamá, por su apoyo, y a los sacerdotes que le guiaron en su proceso formativo. El padre Ramírez celebró su primera misa en la Capilla María Auxiliadora y Divino Niño, de Catarnica, el pasado sábado 20 de julio.
El sacerdote ejercerá su ministerio pastoral como vicario en la parroquia El Buen Pastor, en la comunidad de Puente Real.
“Que tus virtudes no disminuyan sino crezcan. Sabes la gran responsabilidad que tienes, pero también nosotros conocemos de tu generosidad y disponibilidad. Mantente siempre unido a Dios y actúa en su nombre”, dijo el obispo al final de su homilía.