Se activa la fibra humana con el triunfo del colombiano Egan Bernal en el Tour de Francia. Lo confieso, compañeros. Salen lágrimas de orgullo al ver a estos muchachos humildes en lo alto de esta competencia tan importante para nosotros. Cómo hace falta el gordo Caminos para disfrutar del trofeo al mejor pedalista del evento francés. Desde que el gran “Cochise” Rodríguez llegó a Europa no habíamos vivido tanta euforia con un pedalista latinoamericano. ¿Qué hubiese pasado si el director técnico del equipo de Nairo no ordena el infeliz ataque de sus propios compañeros al colombiano para rebajar esa descomunal diferencia al líder francés en la etapa ganada por el de Combita? Dentro de poco tendremos a un par de venezolanos dando pelea en esas grandes vueltas también.
Quesadillas y almojábanas por doquier en La Grita. Esta semana toda para la visita al Cristo Milagroso. Estaremos pendientes de algunas ausencias caprichosas para el despelleje respectivo. Después no salgan con el problema de la gasolina y el efectivo. Me van a oír la jeta, le dice Pulqueria, a Rafael Sánchez, Emilio y Cupertino. –Allá nos vemos, tía.
Claps en sospecha desde hace muchísimo tiempo, camaradas. Sería bueno revisar por dónde pasa la gotera de la corrupción a ver si llegan más cajitas para todos. Nada se pierde con ver. Era lo que llamaban denuncia social en la izquierda de mis tiempos.
Allá va el profe. Con sus zapaticos vulcanizados y su camisita descolorida. Pobre profe. El bono de jubilado se le fue en arreglar su cocinita eléctrica y en cambiar la correa del carrito destartalado para tenerlo guardado, mientras alguien le ofrece algo para unas medicinas. Allá va el profe, colegas.
La isla de Gorée, frente a Dakar, fue lo último que vieron los africanos que trajeron a América los perversos esclavistas. Dios quiera que la obra de Carlos Cruz Diez, realizada en el aeropuerto de Maiquetía,se convierta en el símbolo del regreso de millones de venezolanos que han huido a otros países a buscar vida. Cruz Diez ganó el reconocimiento del mundo del arte por su descomunal obra cinética. Mueren los buenos, pero quedan en la memoria del universo entero.
Carlos Orozco Carrero