Múltiples son los motivos que llevan a algunos sancristobalenses a almorzar fuera de su hogar. Bien sea por el horario de trabajo, distancia entre su residencia y sede laboral, o los problemas sociales que hoy les agobian, como lo son la escasez de gas y el razonamiento eléctrico.
Son bastantes los trabajadores que han optado por llevar su almuerzo al trabajo, pero a veces las situaciones antes mencionadas no les dejan otra opción que la de recurrir a la alternativa del consumo en restaurantes y demás lugares que ofrecen comida preparada.
Tras un sondeo de opinión en diferentes locales dedicados a la preparación de platos para el almuerzo, los que se conocen como “almuerzos ejecutivos”, se pudo determinar que el costo del servicio va desde los 10 mil hasta 20 mil bolívares.
Si tenemos en cuenta este valor, ante lo recibido –legalmente- por el cesta-ticket, que según constata la Gaceta Oficial número 6.452, y entró en circulación el 16 de abril del presente año, el empleado recibirá un total de 25.000 bolívares para cubrir sus necesidades alimenticias, lo que solo alcanza para dos o un almuerzo ejecutivo.
De la mano con la inflación
Es importante señalar que el valor de cada plato varía, según el costo que tenga cada alimento, es decir, si la proteína animal sube, el platillo aumentará en su precio. Similar situación sucede con los rubros y los carbohidratos.
Esto nos lleva a ver que en cuatro meses, desde que entró en vigencia el presente valor del bono alimentario, la inflación continuó haciendo de las suyas y siguió encareciendo el costo de los alimentos, mientras que el cesta-ticket permaneció inalterable.
Fácilmente se puede deducir que mientras exista inflación, el costo del almuerzo ejecutivo continuará incrementándose, convirtiéndose en un perpetuo reto para el ciudadano que, por una u otra razón, debe valerse de esta alternativa para subsanar su golpe alimenticio al mediodía.
“La gente sigue comprando”
A pesar de este problema y de los obstáculos que continúan surgiendo en el día a día del venezolano, las personas continúan acudiendo a la opción del almuerzo ejecutivo, aunque ya no con la constancia ni la afluencia que en otros tiempos lo hacían.
Así lo explicó Pedro Chacón, propietario de un reconocido restaurante de La Concordia, Estatus Café, quien indicó que a pesar de las circunstancias, todavía “la gente sigue comprando almuerzos”.
Manifestó el comerciante que su establecimiento es frecuentemente visitado por personas que laboran o pernoctan en la zona de ubicación, y que los mejores días son los sábados, pues por estar localizado cerca del mercado popular de DIMO, los vendedores y clientes acuden a almorzar.
No obstante, Chacón reconoció que las ventas han bajado. “No es como antes. Digamos que en un 10 % ha descendido el consumo”, dijo.
Alternativas preocupantes
En el peor de los casos, y de cara al valor de los almuerzos ejecutivos, contrastado con lo recibido por el cesta-ticket, muchos han optado por postergar la hora del almuerzo, e incluso suprimirla, ahorrándose así un gasto de una comida diaria.
Otros, los menos extremistas, se han decantado por conformarse con comerse una empanada o un pan, acompañado por alguna bebida (café o refresco).
Sea cual sea el caso, ambos resultan perjudiciales para la salud, pues la nutrición que aporta un plato completo y balanceado no se está cumpliendo, lo que conllevará problemas en su organismo.
El optimismo es lo único que le queda al pueblo para llevar su día a día y cumplir con sus necesidades alimentarias.
Favio Hernández