Opinión

Congratulación en el Día del Bombero

20 de agosto de 2019

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“Los bomberos seguimos siendo la diferencia entre la vida y la muerte. Arriesgar la vida por una persona nos hace sentir bien, pero morir salvando una vida es la gloria”. Cnel. (B) Héctor Pérez.

Se considera al bombero como la persona entrenada para la extinción de incendios y también para proceder con rapidez y destreza en otros tipos de desastres, como inundaciones, terremotos; asimismo, intervenir en la prevención de eventualidades que afectan a las comunidades. Por eso se cree de vital importancia la presencia de los bomberos en los diversos sectores de la sociedad, con la finalidad de evitar accidentes o para actuar después de que los mismos hayan sucedido por causas naturales o por negligencia humana. Para contar y disponer con cuerpos de bomberos competentes, dispuestos a toda hora y atentos a cualquier desastre, es necesario, obligatorio y un deber de los gobiernos, en sus diferentes niveles de gestión, así como también del sector privado, fomentar, consolidar y aunar esfuerzos para sortear actividades de prevención y salvamento, dotarlos de los presupuestos esenciales para su funcionamiento, locales y equipos suficientes, necesarios, adecuados y vigentes, para desarrollar su trabajo con acierto, ahínco, disposición y sin riesgo de sus vidas.

En sus buenos tiempos los bomberos poseían y usaban un conjunto de instrumentos, tales como: equipo de respiración independiente (SCBA), contentivo de un tanque de aire portátil con una máscara, las vestimentas “tumouts”, con pantalones y chaqueta para protección del fuego, calor y vapor; además usaban botas, una capucha resistente a las llamas; casco, un juego de herramientas compuesto de hacha de cabeza plana y una barra Halligan, manguera, boquilla, sierra de cadena para administrar ventilación vertical en incendios estructurados o de vegetación, sopladores con ventiladores grandes para sacar el humo y los gases de una estructura, luego de un incendio; sierra circular para abrir puertas, portones cerrados, suministrar aire a techos metálicos, eliminar barrotes de seguridad de ventanas, herramientas hidráulicas y/o separadores formados por cizallas, separadores y aretes de extensión para extraer a personas atrapadas en vehículos accidentados, para liberar a una víctima agarrada en un derrumbe de edificaciones; cámara de imágenes térmicas (TIC), maletín de vías respiratorias con oxígeno para casos urgentes y necesarios. Hay cuerpos de bomberos que usan otros equipos e indumentaria que los convierten en funcionarios de previsión y salvamento de catástrofe.

Al comparar aquellos tiempos, con la buena dotación que disponían esos cuerpos de salvación, con los escuálidos, pobres y viejos equipos del presente, da tristeza y ganas de llorar, por sus pésimas condiciones en cuanto a sedes, equipos, presupuestos y sueldos de sus trabajadores. En el caso de los cuerpos de bomberos de la otrora Venezuela y especialmente del Táchira y San Cristóbal, hoy tienen serios problemas para su normal y eficiente trabajo, entre ellos: escasez presupuestaria, equipos obsoletos y escasos, merma de personal apropiado, salarios miserables, incremento de problemas por el auge de la contaminación, la carencia de conciencia cívica de la población y aparición creciente de fenómenos naturales causantes de enormes desastres. En el pasado reciente esas instituciones contaban con automotores que tenían escalera, ambulancia bien dotada, cisterna y avances tecnológicos suficientes de computación, Internet, redes sociales y demás afines de los mismos.

Sobre el origen de los bomberos, se remonta al año 22 a.C., cuando el emperador de Roma, César Augusto, creó oficialmente el primer equipo de bomberos de la historia, debido a que Roma era una ciudad muy poblada y con frecuencia de incendios. Los integrantes de este cuerpo de bomberos eran los esclavos llamados “Vigiles”. Sin embargo, con anterioridad hubo ensayo de auxilio con otra forma parecida a los guardianes de la protección.

Al incrementarse las tragedias de diversas clases se hizo indispensable crear el cuerpo de bomberos en Venezuela. En ese sentido, en la gestión del general Eleazar López Contreras, como presidente de la República, se consolidó el 24 de febrero de 1936 como el Día del Bombero. Empero la celebración de esa efeméride de bombero se efectuaba el 17 de febrero hasta 1971, de acuerdo a lo contemplado en la III Asamblea del Consejo Superior de Jefes de Bomberos de Venezuela. Luego, en el Primer Congreso Bolivariano de Bomberos en Maracaibo, en 1972, con la participación de delegados de los cinco países emancipados por Simón Bolívar, se estableció el 20 de agosto como el Día del Bombero en Venezuela.

Sobre la importancia, utilidad y efectividad de los bomberos, les sabemos, reconocemos y apreciamos cuando suceden y actúan para solucionar los inconvenientes originados por una tragedia. Al conmemorarse tan significativa fecha, hacemos llegar nuestra congratulación en el Día del Bombero en Venezuela y particularmente a los del municipio San Cristóbal. Pedimos al Todopoderoso los ilumine y los proteja en su trabajo para atender las tragedias de la comunidad con acierto y evitar accidentes en su personal de esa loable institución socorrista. (Alejo García S.).

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