Un completo “colador” parece la calle 16 de Barrio Obrero, en San Cristóbal, una de las vías con mayor circulación de vehículos y personas, que hoy se ven afectados por el deterioro de esta zona de la ciudad.
Huecos de todos los tamaños pueden apreciarse, desde el inicio hasta el final del referido sector, lo que genera malestar entre quienes deben transitar diariamente por allí. Tanto los habitantes del sector, como los comerciantes, indican que al pasar los días se acrecienta el problema, sin que se vea interés de las autoridades para solventar.
Cada hueco tiene una historia. Algunos por el deterioro del asfalto; otros los han generado botes de agua y los más grandes son ocasionados por personas e instituciones que han abierto las calles para realizar algún trabajo, pero luego dejan un problema más amplio a la comunidad.
Los conductores deben esquivar los huevos y se ven en la obligación de andar en zigzag para evitar ocasionar daños a sus vehículos, pero esto es un riesgo por cuanto, al realizar las maniobras, podrían hasta generar un accidente de tránsito.
Como si esto no fuera suficiente, por esa calle pasa la cola de una estación de servicio de gasolina que ocasiona un gran colapso vehicular; entre los carros que deben estacionar, la cola para surtir combustible y los conductores que evitan caer en los huecos, han hecho de la calle 16 de Barrio Obrero un verdadero caos, los embotellamientos son comunes allí.
Uno de los superhuecos que ocasionan más problemas a la comunidad está ubicado en la intersección de la carrera 14 con calle 16, y justamente a esa altura la vía es muy transitada; sin embargo, desde ese punto de referencia, hacia abajo o hacia arriba, los cráteres son incontables.
Habitantes y comerciantes de la zona hacen un llamado a las autoridades correspondientes, sean nacionales, regionales o municipales, para que tomen cartas en el asunto y solventen este problema que afecta a cientos de familias y comercios que viven a diario una odisea.
Bleima Márquez