Frontera
EDICIÓN FRONTERA | Venezolanos incrementan informalidad en Puerto Santander
2 de septiembre de 2019
EL DATO
Las canoas de madera permiten el cruce de los ríos Grita y Zulia para llegar a Puerto Santander, en un trayecto de dos minutos. Es por allí por donde pasa el contrabando entre ambas poblaciones.
DE INTERÉS
La presencia diaria de venezolanos ha reactivado el comercio en esta región colombiana. Muchas tiendas han consolidado su estructura; otras tienen fachadas informales, con latas de zinc. Hay muchas ventas de calle. Se consigue de todo.
Por José Luis Guerrero S.
En el puente internacional Unión, sobre las aguas de los ríos Grita y Zulia, dejando atrás a la población venezolana de Boca del Grita, municipio García de Hevia, también hay dos contenedores, pintados con los colores de la Bandera Nacional. Los dejó el Gobierno nacional, desde marzo pasado, para impedir el paso de vehículos con la ayuda humanitaria.
Al cruzar la estructura de hierro, distante aproximadamente 30 minutos de La Fría, zona norte del estado Táchira, se llega a Puerto Santander, en Colombia. Una ciudad donde el comercio es su principal fuente de ingresos, impulsado por la presencia masiva de venezolanos en los últimos años, tras el cierre para el paso de vehículos y la grave crisis económica del gobierno de Nicolás Maduro.
En línea recta, a escasas tres cuadras, en medio de las ventas formales e informales de víveres, frutas, verduras, neumáticos y muchos otros productos, que están por todos lados, se encuentra la modesta sede de la alcaldía que regenta Nidia Reyes Salcedo. Otras dos cuadras, más adelante, la plaza con la iglesia principal.
Según cifras de Migración Colombia, por sus estrechas calles todos los días se movilizan entre 4 mil y 6 mil venezolanos, que vienen del occidente de Venezuela. Hombres, mujeres, niños, adolescentes, adultos mayores, se mezclan con los colombianos. Solo los diferencia el tono de voz, los acentos al hablar. Son maracuchos, merideños, trujillanos, larenses, caraqueños.
“Muchos buscan alimentos, medicinas, repuestos para su familia o para revender en sus comunidades de origen…otros se van a Cúcuta a diligencias, comprar otras cosas o cobrar remesas, y retornan por la tarde. Unos se marchan de Venezuela. No regresan. Se quedan en nuestro país o lo utilizan como puente para salir a otros países. Desde hace varios años, en nuestro municipio hay muchos venezolanos trabajando”, respondió Bernardo Durán, secretario general de la alcaldía.
Durán agrega que “hay un gran número de venezolanos que se está concentrando en este municipio. De acuerdo con las organizaciones internacionales que hay acá, se brinda ayuda de alimentación, como en “Tierra de Hombres”, que tiene un restaurante para dar alimentación a un grupo de venezolanos que come en este lugar y uno ve realmente la condición socioeconómica de esas personas, su nivel educativo es pésimo, de mucha necesidad”.
Se impone la informalidad
Las estadísticas locales indican que se impone en esta zona de Colombia la informalidad de parte de muchos venezolanos que trabajan de manera independiente, con el rebusque.
“Vienen de día, trabajan de este lado de la frontera y de noche regresan a Boca del Grita. Es para ellos más rentable regresar, más económico, porque mientras para los colombianos el salario mínimo es insuficiente, para los venezolanos es el paraíso, por la diferencia cambiaria, y pueden cubrir parte de sus necesidades”, dijo.
En Puerto Santander hay presencia de organismos internacionales como Acnur, quienes se están encargando de brindar ayuda a los venezolanos, para tratar de mitigar las necesidades de los migrantes.
A nivel nacional, el gobierno de Iván Duque ha tratado de apoyar a la gobernación del departamento y a los municipios que tienen frontera con Venezuela, para dar los recursos necesarios que permitan el funcionamiento de los servicios básicos.
Desde Puerto Santander, en una unidad de transporte, se viaja a Cúcuta en una hora. Hay un modesto terminal que ha visto partir a miles de venezolanos. “A veces se congestiona por la alta demanda de viajeros, pero fluye. Las empresas que allí laboran solucionan cualquier imprevisto y se garantiza la movilidad”, expresó.
— ¿Descansan en esta zona de frontera?
— La población de frontera no descansa. Se trabaja de lunes a lunes. La mayoría de los comercios laboran hasta el domingo a mediodía, o un poco más, porque hay demanda constante de compradores. Acá no paramos, en el buen sentido se está trabajando para atender la demanda de producción de los venezolanos.
Llegan desde Occidente
Puerto Santander recibe a miles de personas venidas de los estados Zulia, Mérida, Trujillo, Lara, Falcón, e incluso del centro del país. Muchas de ellas compran directamente en este puerto comercial, “donde se consigue de todo. Hay comida, calzado, ropa, verduras, medicinas, productos para animales. No necesitan ir a Cúcuta”, dice Margarita, propietaria de una venta de pañales desechables en la calle principal del centro de comercio.
Quienes deben viajar a Cúcuta toman las unidades de transporte disponibles en el modesto terminal. “Si toma un vehículo con aire acondicionado, paga más dinero, en este caso 10 mil pesos. En las otras unidades –sin aire- paga 5 mil”, dijo José Marcano, un conductor de la zona en referencia.