Frontera

EDICIÓN FRONTERA | El día que el ELN amenazó con su internacionalización

17 de septiembre de 2019

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El ataque terrorista al puesto de la Fuerza Armada de Cooperación (FAC) en Cutufí, municipio Páez del estado Apure, Venezuela por parte de la guerrilla del ELN, en el inicio de lo que calificaron como internacionalización, dejó un efectivo militar muerto y ocho heridos.

EL DATO

El Frente Guerrillero Domingo Laín fue fundado en Arauca, el 4 de septiembre de 1980, su nombre corresponde a un famoso sacerdote de origen español caído en la lucha antiguerrillera del presidente de Colombia, César Turbay Ayala.

DE INTERÉS

El ELN se responsabiliza del ataque al puesto de la Guardia Nacional en Cutufí, estado Apure, Venezuela, y lo da a conocer como el inicio de la internacionalización de la organización, que está lista para intervenir en Centroamérica.


Por Yuliana Ruiz 

un centinela quedó tendido en su lugar de guardia al ser sorprendido por más de 100 hombres y mujeres, bien armados, después de que se apagó la planta eléctrica del puesto de la Guardia Nacional de Cutufí, a menos de un kilómetro del río Arauca, límite fronterizo de Venezuela con Colombia, por el estado Apure. El hombre fue acribillado sin contemplación, con una ráfaga de ametralladora.

El ataque terrorista por parte del grupo armado, identificado como Frente Guerrillero Domingo Laín, brazo del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN), y Bandera Roja de Venezuela, el 17 de septiembre de 1983, prende las alertas en la frontera, ante la incursión de la guerrilla en territorio venezolano.

El 17 de septiembre de 1983, el puesto de la FAC en Cutufí, municipio Páez, estado Apure, fue tomado por un grupo armado en busca de armas y municiones.

El saldo de 1 muerto, 8 efectivos militares heridos y 2 ilesos dejó la toma del puesto de las Fuerzas Armadas de Cooperación (FAC) en Cutufí, selva San Camilo, después de las 10 de la noche, tras apagar el generador eléctrico, y que 10 militares del cuartel se fueran a dormir.

Los uniformados no habían acabado de colocar la cabeza sobre la almohada, cuando el sonido apresurado de impactos de bala los alertó. Un centenar de guerrilleros, entre ellos venezolanos y colombianos, habían ingresado al cuartel al dar de baja al centinela, Freddy Alonso Pérez Vera, de 30 años.

Pese a que tomaron sus armas para defenderse, luego de medir fuerzas y resultar heridos, se tuvieron que rendir frente a 100 hombres y 25 mujeres que tomaron el control del comando militar, al menos por 4 horas, en busca de armamento.

Después de lanzar arengas contra el presidente de Colombia, Belisario Betancourt Cuartas, y de Venezuela, Luis Herrera Campíns, y criticar al “imperialismo yanqui”, el grupo subversivo se apoderó de fusiles, ametralladoras, pistolas y gran cantidad de municiones. Habían cumplido con su objetivo.

Para marcar su retirada, una escena propia de película, tomaron como rehenes a dos guardias nacionales y al teniente comandante del puesto, siendo luego todos liberados, sanos y salvos,, a pocos kilómetros del comando.

Sin antes dejar volantes con la imagen de un guerrillero y una granada con la insignia del ELN y consignas subversivas pintadas en las paredes, con el fin de sellar su paso por el puesto militar de las Fuerzas Armadas de Venezuela, y transmitir el mensaje de que se encontraban en territorio venezolano.

La noticia

La incursión guerrillera fue conocida en horas de la madrugada del 18 de septiembre. Uno de los dos militares que resultaron ilesos en la arremetida, después de caminar entre la selva, llegó al puesto del Ejército y narró el acontecimiento. La noticia corrió como pólvora.
Sin embargo, no fue sino en horas de la mañana cuando las autoridades pudieron llegar al lugar en helicóptero para evacuar a los heridos y trasladarlos hasta el helipuerto del Hospital Central de San Cristóbal, Táchira, donde fueron atendidos.

El guardia nacional caído fue sepultado con honores militares y entre el dolor popular, el 20 de septiembre. En el sepelio estuvieron presentes, además de su esposa, hijo y familiares, el gobernador del estado Táchira del momento, Ernesto Contreras Angulo, y el comandante general de las FAC, Luis Enrique Berté.


Activan operativo

Inmediatamente, al transmitirse la información entre los cuerpos de seguridad regional y nacional, se da inicio a un gran operativo de rastreo para dar con el paradero de los guerrilleros. Altos funcionarios del gobierno de turno se apersonan a Cutufí, como el comandante general de la Fuerzas Armadas de Cooperación (FAC), Luis Enrique Berté.

Dos compañías del Ejército y una de la Guardia Nacional llegaron a la zona al mando del general Ítalo del Valle Alliegro, jefe de la Guarnición Militar del estado Táchira, y el general Francisco Asís Lorto Mejías, jefe del comando regional N° 1 de las FAC.

Mientras tanto, se corre el rumor de que el grupo armado pasó a Colombia y se especula que el ataque fue planificado en la localidad colombiana de Saravena; por ello, el Ejército del país vecino, con la cooperación de Venezuela, acordonó la zona que le correspondía del límite fronterizo.

Centenares de efectivos son desplegados en el área con el objetivo de rastrear a los 125 irregulares y darles captura lo más pronto posible.


Armas y publicidad

El Ejército de Liberación Nacional (ELN) se reivindicó el ataque al puesto de la Guardia Nacional de Venezuela en Cutufí, días después, desde Pereira, Colombia. El ataque lo dieron a conocer como el inicio de la internacionalización de la organización, que indicaban que estaba lista para intervenir en Centroamérica.

El anuncio fue informado por los periodistas colombianos German Ocampo Álvarez, Cadena Caracol de Medellín, y José Nicolás Díaz, del impreso La Tarde, después de estar 4 días secuestrados por el grupo en una zona montañosa. Fueron liberados con la condición de que inmediatamente informaran sobre esta versión.

Previamente, una de las hipótesis que cobraron mayor fuerza del propósito del ataque, además del armamento, fue la de lograr publicidad, ya que en Colombia los medios de comunicación de la época poco informaban sobre hechos relacionados con la guerrilla.

También se especulaba que era una represalia del grupo guerrillero por el decomiso por parte de la Guardia Nacional de un contrabando de cocaína, valorado en más de 10 millones de bolívares, y el descubrimiento de una plantación de marihuana que representaba más de 50 millones de bolívares.

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