En la Basílica de San Antonio de Padua, en el municipio Bolívar del estado Táchira, frontera con Norte de Santander (Colombia), la Diócesis de San Cristóbal celebró el pasado domingo la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, con el propósito de ratificar el trabajo que continuamente hace la Iglesia en el Táchira y Cúcuta.
El obispo, monseñor Mario Moronta, celebró la eucaristía, en la que participaron migrantes y representantes de Cáritas de Venezuela.
Moronta señaló la necesidad de entender que los migrantes son una fuerza para la caridad, si los vemos como hermanos, “los migrantes son nuestra responsabilidad y por eso nuestra Iglesia abre sus puertas para acoger, abrazar y atender a quienes más lo necesitan”, indicó el obispo en la homilía, invitando a reflexionar sobre la forma de proceder con los más desfavorecidos.
Al concluir la eucaristía, la directora ejecutiva de Cáritas Venezuela, Janeth Márquez, agradeció a monseñor Mario Moronta por el trabajo que ha hecho junto al obispo de Cúcuta, en los últimos años, en los que se ha agudizado la situación del país y el incremento de migrantes, que según las cifras de Cáritas superan los cuatro millones de venezolanos.