Carlos Casanova Leal
Aun cuando el periodo de seis años se cumple para los integrantes de la Asamblea Nacional, es importante indicar lo que pueden hacer antes de que termine su mandato.
Desde el 2007, luego de que los socialistas perdieron el referéndum de la reforma constitucional, usaron la vía legislativa para imponer las materias rechazadas, convertidas en leyes, que le dan vida al socialismo, al Estado comunal y a la intervención de la economía, liquidando los derechos de los venezolanos.
No se puede pensar en que un gobierno de transición, una junta de gobierno, en un nuevo gobierno, en un Consejo de Estado o en la figura que se quiera, sustituya al actual régimen, sin contar previamente con el hecho de desmontar primero el andamiaje jurídico que le dio vida.
En consecuencia, la actual Asamblea Nacional debe comenzar por abrogar (suspender una ley, dejarla sin vigor, derogarla, abolirla) las leyes habilitantes que, Chávez primero y luego Maduro, usaron para intervenir y desmontar la economía venezolana.
Promulgar la ley que les retorna lo confiscado (robado) a los industriales, productores agropecuarios, y a otros tantos en los sectores mineros, petroleros, pesqueros, accionando contra los protagonistas del despojo.
Crear por ley la comisión de alto nivel, sin políticos ni parlamentarios, que junto al sistema de inteligencia financiera a nivel mundial busquen y traigan de regreso los capitales robados a la Nación, y presenten a los tribunales a sus autores.
Una nueva Venezuela no solo necesita un nuevo CNE, necesita también una nueva ley de partidos políticos, para renovar desde una nueva inscripción, y por el método de primaria directa, la escogencia de sus dirigentes nacionales, estadales y municipales, en un solo acto, y así legitimar a los partidos y sus dirigentes, acabando con el caudillo propietario del partido.
El debate que establezca la reforma de la Ley de Seguridad y Defensa de la Nación debe darlo esta Asamblea Nacional; así los militares irán alineándose con los principios de una doctrina militar de inspiración democrática y moderna.
Es imprescindible reimprimir las leyes de la República, y eliminar toda mención del socialismo en ellas. Abrogar todas las leyes del Estado comunal.
El ejercicio de la profesionalización y la meritocracia no pueden ser un eslogan; se debe predicar con el ejemplo y convertirlo en realidad, desde ahora; es así, entonces, que el personal de embajadores y cónsules debe corresponderse a aquellos que tengan la carrera universitaria.
Por ley, las policías deben regresar a estados y municipios, desaparecer las policías políticas represivas, anunciar la reestructuración profunda de la Guardia Nacional, visto el papel que le asignó la revolución para demeritarla.
La actual legislatura debe promulgar la Ley de resarcimiento a las víctimas de la represión del régimen. Por ley, decretar la liberación de presos políticos. Debatir y promulgar una nueva ley de fronteras e integración.
Son muchas las leyes que desde ya se pueden debatir y promulgar. Surge la pregunta, ¿cuál es la razón para no hacerlo?
Con cualquier fórmula que sustituya al régimen, se requerirá de una asamblea constituyente para erradicar de raíz el estatismo, el populismo, para dar paso al Estado moderno de economía liberal.
Manos a la obra diputados, para mañana es tarde.
Dios bendiga a los venezolanos donde estén. (Carlos Casanova Leal).