(AFP).- El riesgo de una crisis generalizada y un efecto dominó ante una eventual cesación de pagos venezolana debe descartarse, ya que los mercados han anticipado esa posibilidad hace tiempo, coincidieron economistas consultados por la AFP.
Las tres principales agencias de calificación financiera (Standard and Poor’s, Fitch y Moody’s) volvieron a bajar sus respectivas notas sobre Venezuela, calificando de “altamente probable” que deje de pagar sus deudas, tras el anuncio del presidente Nicolás Maduro de una reestructuración de los créditos del país.
Una reestructuración significa como mínimo un reescalonamiento de los pagos, y a menudo una quita parcial de la deuda.
La deuda del Estado venezolano y de su compañía petrolera PDVSA está estimada en unos 150 mil millones de dólares. Si Caracas suspendiera los pagos sobre el conjunto, se trataría de un nuevo récord en materia de insolvencia de Estado, tras la de Argentina, que en 2001 suspendió el pago de 100 mil millones de dólares suscritos ante acreedores privados.
Un default anunciado
Sin embargo, los mercados no parecen preocuparse mucho por este default, anunciado ya desde hace algunos años.
“Este deterioro se produjo ‘al ralentí’ y ha sido claramente identificado por los mercados, que hace mucho tiempo esperan un default de Venezuela” afirmó Tony Springer, director general de Fitch para el sector de deuda soberana, quien considera que es “muy bajo” el riesgo de contagio a otros emergentes endeudados, o a países vecinos.
El economista venezolano Orlando Ochoa confirma: “No hay riesgo de contagio porque Venezuela es un caso particular de pésimo manejo económico de Maduro. Ya ha sido asimilado”.