De un tiempo a esta parte, entre los propietarios de mascotas en Estados Unidos se ha puesto de moda un producto al que dan en llamar “bone treats” (podríamos traducirlo por “huesos regalo”). De gran tamaño, y aspecto nutritivo… ¿Qué perro podría resistirse a un regalo con este aspecto?
Pero en qué consiste uno de estos huesos tratados. Bien, básicamente se trata de un hueso (habitualmente de cerdo) procesado y envasado para la venta como juguete “de mascar” para perros. El problema es, que según acaba de advertir la FDA (la agencia de alimentos y fármacos en EE.UU.), si le regalas uno de estos a tu perro podrías estar poniéndolo en riesgo de enfermar e incluso de morir.
La FDA recibió 68 informes acerca de enfermedades en mascotas relacionadas con estos huesos tratados. En esos informes se hablaba de 90 perros afectados, 15 de los cuales habían muerto tras comer uno de estos productos.
Perro con un hueso
¿En qué consiste el tratamiento al que se somete a estos huesos? Básicamente se les deshidrata a través de un proceso de ahumado u horneado, y algunos pueden contener conservantes, especias y otros condimentos. Entre los productos estudiados por la FDA había “huesos de jamón”, “huesos de fémur de cerdo”, “huesos de costillas” y “huesos de nudillos ahumados”.
Según explica la agencia encargada del estudio, entre los diversos problemas de salud que se observaron en los perros tras comer uno de estos huesos tratados figuraban: asfixia, vómitos, diarrea, bloqueos en el tracto digestivo y sangrado por el recto.
En la nota de prensa publicada por la FDA a raíz de este estudio, la especialista Carmela Stamper (del Centro Veterinario) afirma: “darle a tu perro un hueso tratado podría hacer que acabases visitando de forma inesperada a tu veterinario, haciendo pasar a tu mascota por una operación quirúrgica de emergencia, o incluso que acabase muriendo”.
A pesar de lo asentado que se encuentra el imaginario colectivo la asociación “perro-hueso”, lo cierto es que los dueños de mascotas no deberían de alimentar a sus mascotas con huesos reales (mucho menos si son restos de pollo o pavo) ya que estos también pueden causar lesiones. Por eso, tal y como recomienda Stamper, la FDA recomienda que los consumidores consulten con su veterinario qué clase de juguetes masticables o golosinas son más apropiados para sus perros. Además, los dueños de mascotas deberían estar presentes cuando se les dé un juguete o golosina para supervisar que todo vaya bien.