La moda en China de someter a mascotas como perros y gatos a una cirugía para redondear sus orejas y asemejarlas a las del icónico ratón Mickey Mouse ha desatado una ola de críticas entre protectores de animales y expertos veterinarios, que exigen la prohibición de esta práctica por considerarla maltrato y abuso animal.

Según reportó el diario South China Morning Post, una clínica veterinaria en la ciudad de Chongqing ofrece actualmente un paquete promocional de “orejas de Mickey Mouse” por tan solo 300 yuanes (alrededor de 42 dólares) a sus clientes por motivo del Año Nuevo Lunar. Esta polémica oferta especial ilustra una tendencia muy cuestionada que se ha vuelto popular entre algunos dueños de mascotas en el país asiático.

“Consideramos que se trata de una práctica moralmente reprochable que causa daño físico y psicológico a los animales sometidos a ella”, declaró Liu Yudong, director del centro veterinario Loving Care International en Pekín. Yudong aseguró que la mayoría de clínicas veterinarias en las grandes ciudades se oponen a realizar este tipo de cirugía.

 

El procedimiento, actualmente legal en China, consiste en dos fases: primero se recortan las orejas bajo anestesia para darles una forma redondeada, luego durante un período de 20 a 60 días se van “moldeando” para que permanezcan erguidas, lo que requiere de constantes ajustes.

Varios expertos alertaron sobre los riesgos de la anestesia y advirtieron que algunos animales pueden desarrollar comportamientos autolesivos debido al dolor post-operatorio. “Es un abuso, no amor”, declaró Chen Young, veterinario del hospital Lianhe en Shenzhen.

La polémica también ha resonado en redes sociales, donde usuarios criticaron duramente esta moda. “Si a los dueños les parece tan adorable, que se corten ellos sus propias orejas”, escribió irónicamente un internauta.

Ante el creciente rechazo, protectores de animales y veterinarios piden a las autoridades prohibir de forma definitiva estas intervenciones quirúrgicas consideradas maltrato animal y que sólo buscan satisfacer un capricho estético de algunos dueños.