Es que las investigaciones recientes lograron explicar cómo las aves pueden sentir el campo magnético de la Tierra y así migrar miles de kilómetros sin perderse. El secreto está en el uso de fotorreceptores especiales ubicados sus ojos.
En 1949, el científico asistió a una conferencia del etólogo austriaco Karl von Frisch debido a su interés en la investigación sobre abejas. Un día después mantuvo una reunión privada con Davys y tiempo después éste le envió una carta cuya respuesta acaba de salir a la luz.
En la conferencia, von Frisch presentó su investigación que decía que las abejas navegan de manera más efectiva utilizando los patrones de polarización de la luz dispersa desde el cielo.
Descubren una carta de Albert Einstein con predicciones sobre la física y la biología.
Por aquél entonces también se acababa de descubrir el biosonar en los murciélagos que le permite obtener muchísima información sobre su entorno.
Esto hacía crecer la teoría que señalaba que los animales podían tener sentidos diferentes a los de los seres humanos.