Víctor Matos
A lo largo de su existencia, una centuria sobre la tierra, el político y diplomático norteamericano de origen alemán Henry Kissinger se caracterizó por ser odiado y amado por buena parte del mundo.
Influyó tanto en la política exterior de los Estados Unidos, siendo Secretario de Estado desde 1973 hasta 1977, bajo las administraciones de los presidentes republicanos Richard Nixon y Gerald Ford.
Fue considerado el máximo defensor de las batallas políticas del gran país del Norte, en donde tuvo un impacto significativo y sostenido en los grandes asuntos mundiales que le cupo intervenir.
Llegó a ser funcionario de la Casa Blanca bajo la conducción de Nixon fungiendo como asesor de seguridad nacional, y tras ser nombrado secretario del exterior, promovió secretamente a través de la diplomacia el fin de la Guerra de Vietnam y el desplazamiento a sus tratos con la China de Mao.
El acercamiento al gigante asiático le llevó a la reorganización del tablero del ajedrez mundial sobre ambas relaciones, a la par que revitalizaba una alianza antisoviética.
Para muchos, despertó al mundo al que se denominaba “tigre de papel” bajo la férrea conducción de Mao Tse Tung, que ahora bajo la presidencia de Xi Jinping se ha convertido en la segunda potencia económica mundial. Kissinger siempre enarboló la idea de que un gran líder no solo tiene visión, sino también la capacidad de convertir esa visión en realidad.
Falleció hace un año, el 29 de noviembre de 2023, en la localidad de Conneticut, quien había nacido el 27 de mayo de 1923 en la ciudad de Fürth, Alemania, de donde emigró a los 15 años debido a la persecución nazi contra los judíos.
En 1973 ganó el Premio Nobel de la Paz, galardón criticado por la izquierda mundial que no le perdonó lo que consideraron sus excesos sobre los bombardeos norteamericanos tanto en Vietnam como en Camboya, que acabaron con la vida de miles de personas. A él también se le atribuye el golpe militar contra Salvador Allende en Chile y la instauración de la dictadura de Augusto Pinochet.
Henry Kissinger fue el gran estratega de la política exterior de los Estados Unidos en la llamada Guerra Fría, con una idea realista de las relaciones internacionales, cuyo legado abarca desde el liderazgo global norteamericano, hasta acusaciones en su contra de propiciar crímenes de guerra.
Sin embargo este histórico personaje se aseguró como Consejero de Seguridad Nacional hasta 1975 de ser una ficha indispensable que lo convirtió en una de las personalidades más poderosas en el mundo.
“El precio de la grandeza
es la responsabilidad”
Para Henry Kissinger, el Poder era el último recurso de la razón, por lo que durante su gestión, y luego a través de sus libros, siempre buscó acercarse tanto a la hoy extinta Unión Soviética como a China, logrando sustanciales acuerdos, como el Tratado sobre Misiles Antibalísticos, para consolidar la paz mundial.
Por otra parte, se le acusa de un exacerbado anticomunismo que lo llevó a apoyar golpes de Estado en América Latina, a fortalecer las dictaduras militares, y hasta a promover genocidios como los sufridos en Timor Oriental por un lado, y en la consolidación de la Operación Cóndor que se instauró en el cono sur de esta parte del continente por los gobiernos de fuerza imperantes.
De todas formas, por las maneras firmes y duras con que se condujo, le llevaron a alcanzar una especie de culto político, pues se consideró que nadie como él había hecho tanto por la primacía de su país frente al mundo, directivas que aún se profundizan hasta el día de hoy.
Víctor Matos