Jhoey Zambrano es músico productor, compositor, cantante y arreglista, oriundo del Táchira, finalista del festival Buscando Adoradores.
La humildad y calidez de un hogar en el corazón de San Cristóbal –estado Táchira- forjaron el carisma de Jonathan Zambrano (@Jhoeyzambrano.oficial). Con un talento excepcional, trasciende fronteras como músico productor, compositor, cantante y arreglista, al difundir en los escenarios su mensaje de fe y esperanza, con profunda entrega y dedicación.
Orgulloso de sus raíces, representa dignamente a su país, Venezuela, como vocalista, tras clasificar en la gran final del Festival Buscando Adoradores. Conocido por su nombre artístico (Jhoey), en la ciudad de Miami, cautiva al público en cada presentación, ganando prestigio en la industria musical, se lee en una nota de prensa.
Legado divino
Desde niño, supo que su pasión era cantar. Influenciado por su padre, dio sus primeros pasos, al ser protagonista en diferentes actos culturales en la escuela, incluso viajando a otras regiones. Siempre resaltó en la categoría de canto, ejecutando el cuatro y la guitarra. De allí en adelante, el apoyo en su hogar fue decisivo.
Ojos claros y firmeza en su voz, realzan su estampa, como atributo de presentación. Su infancia transcurrió amenamente en el sector Cuesta Del Trapiche, en La Concordia, donde su familia tocaba gaitas. La alegría se sentía por doquier.
Es el menor de 14 hermanos. Con un tono dulce y melodioso, logró acoplarse en el género pop rock-balada. Pronto, las luces, los micrófonos y las pruebas de sonido, se hicieron habituales en su entorno. Su espontaneidad, sencillez y estilo, le hicieron ganar mayor empatía y confianza en el medio.
Su esfuerzo dio los primeros frutos cuando se trasladó a la capital (Caracas), para participar en el casting de Salserín. Por falta de patrocinio no pudo continuar, pero encontró la motivación suficiente para unirse a las agrupaciones: Adolescentes y Juventud Salsera, cuando tan sólo tenía 11 años.
Buscando talento, Venevisión le abrió sus puertas en El Club de Los Tigritos, un popular programa de televisión infantil, transmitido desde 1994. En pantalla, combinaba segmentos de entretenimiento, educación y música. Justo allí, Jhoey desplegó su trayectoria artística, para ir de victoria en victoria.
Del espectáculo a la adoración
Su fortaleza espiritual lo condujo hacia el ámbito cristiano, específicamente hacia la adoración. Jhoey considera que es el momento justo para guiar hacia la oración y la presencia de Dios. Aunque las circunstancias del momento lo obligaron a tomar la dura decisión de emigrar, en su corazón, atesora sus raíces.
De la mano de Polonia Guzmán, directora y productora de Sky Music, tuvo la oportunidad de debutar en varias ediciones del Festival de Adoradores, que se efectúa en una iglesia al sur de Florida, llamada Segadores de Vida. ¿Su principal motivación?: Primeramente Dios por sobre todas las cosas. Su misión es servirle y honrarle a través de la música, que tanto le apasiona.
“Amo componer, producir y ejecutar instrumentos, es algo que me llena cada día y para lo cual me preparo a diario”. De esta manera, plasma a la perfección su don, en letras y canciones. “Quiero llevar un mensaje de salvación y que se escuche mi voz, estar al alcance de mucha gente, predicando su palabra…”.
La música como proyecto de vida
En unión familiar, Jhoey manifiesta que en sus planes está continuar con el Ministerio de Dios, rompiendo barreras, no sin antes enviar un saludo a su amada Venezuela. A pesar de la situación, destaca que su gente es guerrera y día a día, se esfuerza para dar lo mejor de sí.
“Vendrán tiempos de abundancia porque Dios ama a nuestra Nación”. Plenamente identificado con el evangelio, señala: “No nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo”. (Gálatas 6:8 TLA).