Freddy Omar Durán
Cuando la juventud canaliza todas sus inquietudes a través del arte, va cimentando un prometedor futuro, independientemente del camino de vida que escojan, en tanto la creatividad aunada a la dedicación, siempre.
En la exposición “Futuros artistas plásticos y del tatuaje”, que convoca alrededor de 10 artistas cuyas edades oscilan entre los 7 y los 22 años y que ocupa una de las salas del Ateneo del Táchira, se ven muchas ganas de desarrollar piezas con miras a la excelencia.
En ese mismo espacio, Reinaldo González, figura destacada en el mundo del tatuaje por más de un cuarto de siglo, presentó por primera vez al público su trabajo en el dibujo, y a partir de ahí se rodeó de personas con deseos de tomar algo de su maestría.
Así nació la idea de que su estudio de tatuaje se convirtiera en una academia, y no solo fue esto posible, sino que dio muestra de que con sus alumnos se alcanzasen resultados no solo prontos, sino de calidad.
Anteriormente a Rey Tatoo iniciaba a algunos allegados en una técnica que le costó años de adquisición; pero cuando decidió sentar escuela en la aplicación de belleza sobre la piel, consideró como principio sine qua non introducir a sus estudiantes en el ABC del arte. Y esto se exige independiente de que su propuesta sea realista, fantástica o abstracta. Otro requisito, en su concepto, lo ha constituido ir a la zaga de los maestros, y a un análisis detallado de estos, por parte de los aprendices.
–No crítico a nadie, pero hay quienes en el mundo del tatuaje se dedican a tirar pintura, y descuidan las bases del arte. Vamos a lo figurativo, que es lo que más reclaman los clientes. Mi propósito es irme por lo práctico, por lo que a ti como tatuador te van a pedir ir al grano: al minimalismo, al lettering, animales, realismo— explicó González.
Se trata no exclusivamente de conocimiento, que contempla una variedad amplia de técnica. El apoyo debe seguir hasta que el estudio considere que al nuevo tatuador se le puede soltar algo tan delicado como la piel humana, mientras tanto seguirá experimentando sobre materiales especiales. Rey Tattoo ha querido, por otra parte, romper con aquello de que sus secretos se los lleva a su tumba, pues la idea es no cercenar la información, eso sí, soltándola en ajuste al avance personal de cada alumno.
—Lo que yo aprendí en 25 años, ellos lo obtienen en 5 meses. Yo cuando les veo el “toque” les digo: arranquen con el tatuaje. Un buen tatuador, yo pienso, debe arrancar desde 0, desde abajo, inclusive pagándose él mismo sus equipos, para que él sepa valorar su esfuerzo.
Jóvenes talentos
A Michelle Barrera el dibujo siempre fue algo que se le facilitaba bastante, y desde muy pequeña siempre era la elegida para demostrar su talento. Exponer a un poco de alcanzar la mayoría de edad, representa un motivo de orgullo enorme. En Caracas conoció una mujer tatuadora que a su vez pintó en su cuerpo su primer tatuaje y ha sido su inspiración.
“Todo lo aprendí en el dibujo por mi propia cuenta, y el tatuaje comenzó a interesarme a los 12 años, y lo establecí como un sueño que gracias a Dios fue dándose paso a paso. Siempre quise que mi obra se conociera en un museo de arte, y gracias al Ateneo del Táchira se hizo posible y eso es muy gratificante para mí”.
María Xiomara Romero Rico es estudiante de Diseño Gráfico, y también desde la más temprana edad emprendió una aventura, en que va elevando niveles de mayor exigencia. Aunque sus inquietudes se iban por la plástica, se dio cuenta que también el tatuaje le podía deparar otras posibilidades que no había imaginado.
“Me encanta del dibujo el poder expresarme; no he sido una persona muy espontánea; pero gracias a él he recorrido caminos que jamás pensé recorrer, como llegar a exponer y descubrir el tatuaje, algo que me sucedió con este taller”.
Acompañada por su mamá, Anali Avellaneda, de 9 años, la sonrisa no la abandonó en ningún momento y más se le iluminaba al hablar de su trabajo. Más que los trazos ingenuos propio de su edad, en sus dibujos se ve el trabajo en cuestiones más avanzadas como la perspectiva y los rostros, con pocos meses de aprendizaje; admiró la exposición Grafito de Reinaldo Gonzales y se animó en seguir sus pasos. Además del dibujo, su segunda gran pasión es el baile.
Gabriel Gil, como futuro psicólogo, acompaña a sus dibujos con textos explicativos dónde les permite a sus dibujos contarnos relatos de la psique humana. Rey Tattoo admira su técnica, aunque su sugerencia ha sido diversificar en pos de ganar un lugar en el competido mercado del tatuaje.
“Los dibujos son la interpretación de mi historia, que pueden venir de un autor, o de situaciones de la vida real. Me parece fascinante hacer arte sobre la piel de las personas”.