Con 82 años a cuestas, y Antonio Suárez mantiene vivo el recuerdo de la conquista alcanzada en Valencia en 1955.
Homero Duarte Corona
Sesenta y cinco años después de la conquista del primer título nacional de fútbol de Primera categoría de una selección del Táchira, en 1955, uno de los pocos sobrevivientes de esta hazaña, Antonio Suárez “Siete Canas”, cuenta la historia.
Con 82 años a cuestas, totalmente lúcido, pero con problemas de cataratas en sus ojos, allá en la residencia de la urbanización Sucre, junto a su esposa Ena, educadora, el ya retirado gloria del balompié tachirense y nacional habló con Diario La Nación.
Por ironías de la vida, el representante de la zona Andina y Occidente era Mérida por haberse titulado campeón; sin embargo, la selección emeritense no pudo viajar a la cita nacional por falta de recursos y apoyo de la entidad federal. Táchira, por su rol de subcampeón, automáticamente ocupó el puesto de su vecino y le tocó la responsabilidad de ir a la justa valenciana.
Se le ensancha el pecho y suspira cuando trae a su memoria la conquista en un estadio de la capital carabobeña: “les ganamos a todos, teníamos un equipazo: Distrito Federal, Anzoátegui, Sucre, Lara y Aragua fueron nuestras víctimas, una sumatoria de puntos suficiente para cargar con el título”, sentencia.
—Nos reforzamos con dos jugadores de la selección Mérida, el arquero Lorenzo Magiollo y el defensor central barranquillero Heliberto De Lahoz, que junto al resto de jugadores conformamos un equipo con etiqueta de campeón: Miguel Chirinos (colombiano), Atilio “El Gocho” Vivas, Domingo Naranjo, Antonio Suárez “Siete Canas”, Olivo Oliveiro (italiano), quien jugó en el Inter de Milán y fue traído por el Cúcuta Deportivo, pero no pudo jugar en la divisa profesional rojinegra, la prioridad era para los uruguayos, que obligó a Oliveiro a venirse a Venezuela y recalar en la selección Táchira, cuenta Suárez.
El atacante italiano se erigió como el máximo artillero del Táchira en el torneo nacional, en compañía de Espalquio García (colombiano) y Osar Armando Vidal, centroatacante argentino, también goleador, quien venía de jugar en el River Plate de argentina y Atlético Bucaramanga, fungiendo de jugador y técnico del seleccionado tachirense.
—La afición fue a recibirnos en gran caravana a Palo Grande y de allí nos trasladamos en camionetas hasta San Cristóbal, para que en el Palacio de los Leones las autoridades regionales nos rindieran un homenaje, y como premio nos donaron un terreno en La Concordia, donde por muchos años funcionó el campo “11 de Junio”, donde hoy en día existe la sede del Ministerio de Tierras.
“Siete Canas” enfrentó a “Pelé”
Por su excelente labor en la selección Táchira, no solo en la categoría de mayores, sino en las menores, Antonio Suárez fue llamado por el seleccionador brasileño Orlando Fantoni , exjugador del Botafogo, para que formara parte de la selección nacional de Venezuela que participó en el Suramericano Juvenil de Chile, en 1958.
—Edson Arantes do Nascimento, nacido el 23 de octubre de 1940, más adelante convertido en el Rey Pelé, aún no tenía fama, le decían “El negro”, era un jovencito de solo 17 años, apunta Antonio Suárez; lo enfrenté en mi condición de defensor central, ingresé en el segundo tiempo, lo cual es motivo de orgullo por lo que significó más adelante este jugador brasileño, el Rey del Fútbol de todos los tiempos. Perdimos por 3-1, con dos goles de Pelé.
Se retiró de las canchas en 1980; no obstante, entre el 20 y 27 de octubre de 2009 se volvió a vestir de aurinegro, para defender los colores de la selección Táchira en los II Juegos Nacionales de Glorias del Deporte.
Casado con la educadora ya jubilada, la licenciada Ena de Suárez, matrimonio del cual procrearon cuatro hijos, tres hembras y un varón, todos profesionales universitarios, quienes ven en su padre, técnico agropecuario en Bramón, especializado en café y otros cuantos cursos, un ejemplo a seguir de honestidad y hombre de bien.
Añora a todos quienes fueron sus compañeros en las selecciones del Táchira y Venezuela, muchos de ellos ya idos de este mundo, pero igual, de todos tiene los mejores recueros por las glorias vividas en tantos años sumergidos en el fútbol.