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Una década después de la partida del profesor Joviniano Ballesteros, el pasado 30 de julio, padre y fundador de la categoría Mundialito de fútbol en el Táchira, su presencia en las canchas sigue latente, un dirigente como pocos en la entidad y el país.
Su colega y discípulo Jorge Antonio Olivares, en una pequeña nota traída a la redacción deportiva de Diario La Nación, recordó a quien con el correr de los años se convirtió en un ícono del deporte escolar, siempre atento al acontecer de la actividad del músculo a nivel de las categorías menores.
—Fue un educador y dirigente que sobresalía donde era puesto por sus superiores, primero como docente y supervisor de la Dirección de Educación de la Gobernación del Estado, en La Grita y Pregonero, allá por la década de los años 60, sentenció Olivares.
Como director del Departamento de Educación Física y Deportes, en la Dirección de Educación del Ejecutivo del Estado, en la década del 70, fungió como cabeza visible en la organización de los Juegos Escolares por varios años y el Maratón Nacional de Menores.
Joviniano Ballesteros, resalta Olivares, fue el creador y padre de la categoría Mundialito de fútbol en el Táchira, junto con la Liga Nacional, en la década del 80, que sirvió de ejemplo en otras entidades a la lo largo y ancho de la geografía nacional.
Pero no solo estuvo metido en los avatares del fútbol, también formó parte de la directiva de la Asociación Tachirense de Atletismo, en los años 1975 y 1976, y en la organización de la 7ma y 8ava Media Maratón de San Sebastián.
En su largo trajinar por el deporte, el profesor Ballesteros creó la Maratón de San Sebastián en las categorías menores, a la postre un éxito a nivel nacional, por la receptividad en cada edición.
Ya retirado de la Educación, formó parte de la Asociación de Maestros Jubilados del Ejecutivo del estado Táchira por varios años, donde logró grandes mejoras para sus colegas activos y jubilados en la década del 90, estando al frente de esta labor hasta que el Creador lo llamó a su seno, el 30 de julio de 2010. Un educador y dirigente deportivo, ejemplo de generaciones, apostilló su colega y amigo de toda la vida Jorge Antonio Olivares.
Su único hijo, homónimo suyo, es un destacado locutor en el Táchira.
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