El deporte trabaja con las uñas. Los atletas entrenan diariamente con un gran sacrificio, y a la hora de viajar deben contar con todo el apoyo necesario para estar en los escenarios de competencias.
Es una situación que llama a la reflexión de los organismos encargados de facilitar los medios a los atletas, a las organizaciones, clubes, asociaciones, para que sus jóvenes se hagan presentes en el escenario, en la fecha y en la hora señalada.
Para los atletas del Táchira, esto de viajar no es algo de pelar mandarinas. En años anteriores contaban con unidades entregadas por el Ministerio del Deporte para el traslado de esas delegaciones a las sedes de competencias, pero con el tiempo y por la falta de mantenimiento, esas máquinas se deterioran y dejan de prestar servicio.
Arriba, en la sede del Instituto del Deporte, aparecen unas dos unidades que presentan fallas. Cauchos pinchados, motores que ya no rinden, y la falta de mantenimiento las lleva al cementerio de la chatarra vehicular.
Nadie del Ministerio del Deporte, en el Táchira, asume la responsabilidad y ofrece detalles de la situación, ni medidas para evitar el colapso total. Esas unidades van camino al olvido total, y provoca mayor inversión para el Gobierno nacional, que en este caso, en lugar de ordenar su reparación, estaría en la obligación de adquirir nuevas unidades para sustituir las ya dañadas, cosa que es difícil que ocurra.
Entre tanto, el deporte, los atletas, necesitados de una buena cantidad de unidades para su traslado, deben hacerlo en lo que consigan a la mano, a través de clubes, asociaciones y el Instituto del Deporte. (GC)