Hace 73 años, un grupo de enamorados del béisbol, en uno de aquellos momentos de locura que son inevitables, amantes del deporte de las cuatro esquinas, trabajó para cumplir un proyecto, que al pasar de los días se puso en marcha, para luego convertirlo en realidad.
Hablamos del vetusto o sempiterno estadio Táchira, ubicado en la 8va Av. con calle 4 de La Concordia, y por donde han desfilado, desde su inauguración, cantidad de niños y jóvenes, con su sueño de llegar a convertirse en figuras de este deporte.
¡Qué tiempos aquellos!
Juan Alberto Martínez, vicepresidente de la Federación Venezolana de Béisbol y presidente de la Asociación de Béisbol, es uno de los dirigentes que mayor entusiasmo, dedicación y preocupación ha mostrado por la instalación.
No podía dejar pasar por alto la importante fecha y pronto ofreció detalles, un poco de historia de aquel diamante.
Recuerda que el entonces presidente, Isaías Medina Angarita, a petición de un grupo de dirigentes del béisbol, puso en movimiento el proyecto para su construcción. No se pudo concluir la obra y fue en el mandato del presidente Rómulo Betancourt, el 18 de octubre de 1946, cuando se inaugura la instalación, siendo secretario de la Junta de Gobierno el Dr. Leonardo Ruiz Pineda.
Dice Martínez que, a ciencia cierta, no saben a quién se le alumbró el bombillo y le dio por buscar a quien construyera el estadio. Habla de don Julio Carrillo, quien para ese entonces adquirió, por la suma de 25 céntimos el metro, un terreno, donde según los estudios topográficos se podía levantar la obra.
La Gran Sabana, nombre dado al sector de La Concordia donde hoy encontramos el estadio Táchira, era despoblada y su único vecino, según la historia, era el conocido Club Tennis. Lo cierto de todo esto es que se entregó a los jóvenes de la época una instalación donde podrían practicar su deporte favorito.
Y en el estadio Táchira no solo se ha jugado la pelota caliente. Ha servido de escenario al fútbol, en una época en que jugaba el Deportivo Táchira; tiro con arco, corridas de toros, atletismo, boxeo y llegadas del ciclismo, por allá en la década del 70.
Contra viento y marea, el diamante se ha mantenido allí, entregado a la formación del semillero del béisbol. Cantidad de niños han iniciado su incursión en esta actividad. Frutos extraordinarios, recordando que de esos niños existen nombres que han jugado en el profesional de Venezuela y Grandes Ligas, siendo los últimos de ellos los hermanos, Herlis y Helmis Rodríguez, un jardinero y un lanzador que formaron parte de la organización de los Filis de Filadelfia y Tigres de Detroit.
Luego de su inauguración, aquel 18 de octubre de 1946, fecha histórica para el deporte en el estado Táchira, han pasado por la gramilla del estadio eventos de mucha importancia y recordamos el campeonato Nacional de la categoría “AA”, donde la representación del Distrito Federal logró el título, contando en sus filas con el inmortal Luis Camaleón García.
Una de las competencias más importantes que se recuerdan es el campeonato de béisbol “AA”, evento animado por el Deportivo Rubio de Tulio Hernández, Fuerzas Armadas de Cooperación, de Eduardo “Joropo” Osorio, Ernesto “Americano” Pérez, el zurdo Alí Sulbarán.
Se creó la famosa Liga Andina de Béisbol, algo así como una sucursal del profesional. Los equipos enviaron a peloteros para conformar esas novenas y, cuando el caso lo ameritaba, regresaban a sus clubes a cumplir el trabajo.
Peloteros que luego brillaron en Estado Unidos pasaron por el vetusto terreno de La Concordia. Luis Sojo, con Maiceros de Barinas; Luis Leal jugó con Azulejos de Toronto; José “Cafecito” Martínez, hoy jugador de los Cardenales de San Luis; Juan Querecuto, y otra cantidad de peloteros, muchos de ellos hoy en retiro.
Uno de los encuentros que llamaron la atención de los aficionados fue el enfrentamiento entre Estrellas Orientales y Occidentales, donde saltaron al terreno de juego, entre otros, David Concepción, César Tovar, una de las estrellas del 41; “Tirahuequito” Machado, Luis Aparicio y otras luminarias de la pelota caliente.
Hoy, cuando el estadio Táchira arriba sus 73 primaveras, la dirigencia sigue luchando para mantenerlo en pie, sirviendo de escenario para la formación de todos aquellos niños que, con un guante y bate en la mano, acuden diariamente a su preparación con el sueño de llegar un buen día a ser figuras de la disciplina. Hoy, en horas de la tarde, la dirigencia, invitados y muchos niños, cantarán el cumpleaños feliz y partirán la tradicional torta que prepararon las damas del béisbol. Felicidades.
Gustavo Carrillo