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Venezuela se ha caracterizado por parir grandes porteros a nivel nacional e internacional. Se pueden contar con los dedos de la mano, y sobran, los cuidapalos criollos que han brillado con luz propia, aquí, allá y más allá.
Recientemente, hace apenas 15 días, a través de la prensa del país y las redes sociales, se conoció la inesperada desaparición física del exarquero profesional Daniel Nikolac, uno de los grandes de la cabaña nacional en las décadas de los 80 y los 90 del siglo pasado, un señor fuera y dentro del campo de juego.
Y este fin de semana, buenas nuevas para el balompié rentado venezolano, la ida al fútbol europeo del joven portero caraqueño Wuilker Faríñez, que del club Millonarios de Colombia, dueño de su ficha, da el salto al “Viejo Continente”, adquirido por el equipo Racing Club Lens de la Liga 1 de Francia.
Sin duda una excelente noticia para el fútbol nacional, pues se trata de un humilde joven nacido el 15 de febrero de 1998, en la populosa parroquia de Catia, Caracas, y criado en la urbanización Nuevo Horizonte, donde le picó el gusanillo por el deporte rey, por aquello de los genes de su familia, sus abuelos, oriundos de Cartagena, Colombia, quienes llegaron hace muchos años a Venezuela.
A los 7 años, su padre, Luis Enrique, le regaló el primer balón, lo guardó por mucho tiempo, era su “juguete caro”. En sus primeros años como jugador fungía de atacante; sin embargo, poco a poco, respaldado por su estatura y obediencia hacia los técnicos, terminó dando un giro de 180 grados: de ser un amante de perforar las redes enemigas, una especie de antítesis, pasó a ser el hombre que de cualquier forma evita que el balón traspase la raya de cal, vaya al fondo de la red, un guardián de la cabaña de su equipo.
Una carrera exitosa desde muy joven
Noel Sanvicente, director técnico del Caracas FC, lo firmó para la institución profesional el 12 de junio de 2013, cuando apenas tenía 14 años, para desde entonces olvidarse de su posición de ataque, la cambió para siempre por la de arquero.
Respaldado por su elasticidad y grandes reflejos debajo de los tres palos, Wuiker Faríñez se ganó el respeto de sus jóvenes colegas y por ende de los entrenadores de las categorías menores, para de inmediato convertirse en titular indiscutible de la selección nacional Vinotinto.
A nivel sudamericano participó en los campeonatos Sub-15, Sub-17 y Sub-20 y en el Mundial Sub-20 de Corea del Sur, en el 2017, fue la gran figura para que Venezuela terminara como subcampeona de la contienda universal.
Una carrera a pasos agigantados, pues en 2015, el 12 de mayo, sorpresivamente Noel Sanvicente lo convocó para la Copa América de mayores de ese año, y también fue integrante del combinado nacional para la Copa América Centenario de 2016, donde fue catalogado como el jugador más joven de la contienda después de su colega estadounidense.
Y para no dejar dudas de todo su caudal de estrella del pórtico de la selección patria y su equipo Caracas FC, el 24 de mayo de 2016 debutó con la selección de mayores en un partido amistoso contra su similar de Panamá, estadio “Rómel Fernández” de la capital “canaleña”; cuatro días antes había sido titular contra la selección de Galicia (selección autónoma de España).
Después de su paso por el Caracas FC, como figura en el equipo de Primera División, de 2014 a 2017, fue vendido al Millonarios FC de Colombia, divisa a la que defendió con altura y calidad, titular indiscutible de 2018 a 2020.
Hace apenas cuatro días, el sueño de Wuilker Faríñez se hizo realidad, fue firmado por el equipo Racing Club Lens de la Liga 1 de Francia, con la seguridad que tendrá éxito, pues profesionalismo y calidad tiene de sobra, para de allí dar el salto a otra Liga de mayor calidad, ejemplo la Premier de Inglaterra, la Liga de España, Liga Italiana o Bundesliga. Que la suerte acompañe por siempre a esta figura d el fútbol rentado venezolano.
Homero Duarte Corona
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