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¿Fútbol de pueblo? Altos costos alejan a los aficionados de su selección
11 de octubre de 2023
Bogotá, Colombia – AFP En Sudamérica, la región que vio nacer al campeón del mundo Lionel Messi, admirado entre ricos y pobres, disfrutar del fútbol de selecciones en el estadio, es un privilegio. Altos costos en los boletos para los juegos del premundial alejan a las clases populares de sus ídolos.
En la primera ronda de la eliminatoria al Mundial de 2026, disputada en septiembre pasado, brotaron las quejas por los precios en las nubes en países que viven el balompié como una religión.
Del entrenador de Messi, Lionel Scaloni, del ídolo chileno Arturo Vidal y de los hinchas que sobreviven con bajos salarios en inestables economías con la inflación disparada como Colombia, que vende en Barranquilla las segundas entradas más costosas de la región, según cálculos de la AFP.
El promedio de costos es unos 102 dólares, en una nación con un salario mínimo de USD 270. Pablo González, un trabajador de una universidad de esa ciudad caribeña encargado de los servicios de mantenimiento y aseo, ya se resignó a que no podrá ver a su selección el jueves ante Uruguay por falta de dinero.
«En el caso personal (pagar) es algo imposible (…) Hay gente que tiene un poder adquisitivo muy alto pero uno no puede disfrutar de eso», se quejó en conversación con la AFP el aficionado de 49 años.
-«Excluyentes»-
El paseo triunfal que hace Argentina en el continente pensando en la próxima Copa del Mundo despierta pasiones y frustraciones entre los hinchas en un país con el 120 % de inflación anual y un índice de pobreza que supera el 40 % de la población.
Para el próximo encuentro ante Paraguay, la federación dispuso entradas que promedian los 120 dólares (al cambio oficial). Ante la cantidad de fanáticos que quieren ver a Messi y compañía, el ente rector del fútbol argentino lanzó el «AFA ID», una especie de abono a la Albiceleste que da prioridad para la compra de entradas a quienes lo adquieran.
La que da más beneficios, llamada categoría «Oro», roza los 14.000 dólares, un valor totalmente alejado de los USD 323 del sueldo básico.
Sin condenar directamente los precios fijados, el entrenador Lionel Scaloni aseguró en septiembre que gastó miles de pesos argentinos en entradas para su familia y sugirió que los hinchas sufren en su deseo de acompañar a la «Scaloneta».
«Me cuesta mucho, como a todos. Pero yo no soy nadie como para poner el precio de las entradas», dijo en una rueda de prensa. «Si fuera por mí, que la gente vaya gratis. (pero) ¿Qué puedo hacer? No puedo hacer nada en esto», señaló.
Algunos precios son «excluyentes de algo popular como el fútbol», reclamó Candela Thompson en una nota de la agencia estatal argentina Télam.
En Brasil los precios varían según la capacidad socio-económica de la ciudad sede de los partidos, al tiempo que el desinterés por la ‘Seleção’ crece entre los brasileños.
-Arrepentimiento-
Considerado un futbolista del pueblo por su origen humilde, el capitán Arturo Vidal se encargó de pegar el grito en el cielo en Chile.
«Las entradas están caras. Ya le dijimos al presidente (de la federación de fútbol chileno Pablo Milad) que las baje un poquito, porque están muy caras, necesitamos el estadio lleno», dijo antes del partido ante Colombia del 12 de septiembre, en una transmisión de Twitch.
Según la prensa chilena, a diferencia de clasificatorias pasadas los seguidores de «La Roja» tardaron varios días en adquirir todos los boletos del estadio Monumental de Santiago.
En Uruguay los dirigentes hicieron un mea culpa por los precios, que impidieron que el Centenario de Montevideo se llenara en el debut oficial en el banquillo de «El Loco» Marcelo Bielsa, el 8 de septiembre pasado con triunfo de la celeste 3-1 ante Chile.
«Le erramos», reconoció el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Ignacio Alonso, en declaraciones a Esdrújula TV recogidas por el diario El País. «La prueba es que el estadio tendría que haber tenido una venta de 40.000 entradas, que era lo que estaba permitido ese día, y tuvimos cerca de 31.500», admitió.
«Hay 8.500 que no fueron y responde al rechazo de los precios», dijo Alonso, que redujo ligeramente los costos para la ventana de eliminatoria en octubre.