Un llamado a las autoridades para mantener un ente deportivo con más de cien futuros ases del fútbol tachirense y nacional. Los propios niños, padres, representantes y dirigentes se resisten a cerrar la institución, pese a la precariedad de presupuesto
Por Homero Duarte Corona
La autogestión como gran aliada para quienes fungen como principales mentores de la Escuela de Fútbol Menor Andinitos, sus dirigentes, desde la creación de la institución hace un año, deben ingeniárselas para subsistir, de lo contrario se ven obligados a dejar que 120 niños, desde los 5 hasta los 17 años, y un combinado mixto femenino Sub-14 y Sub-16, se queden sin dar rienda suelta a su deporte favorito.
Diario La Nación impreso, en un recorrido por varios escenarios, entre ellos el otrora “Parque de Recreación Dirigida” de Puente Real, se encontró con una de las tantas realidades que aún se viven en la patria de Bolívar, lo que deben hacer mecenas del deporte para que futuros ases del balompié no vean truncados sus sueños.
Danny Blanco y Carlos García, presidente y vicepresidente de la escuela Andinitos, platicaron con el periodista, le expusieron las vicisitudes por las que atraviesan para que el ente futbolero no desaparezca. Rifas, torneos relámpagos y otra serie de eventos forman parte de lo que hacen los fines de semana jugadores, padres, representantes y dirigentes.
Un hexagonal relámpago
La falta de implementos: balones, guayos, camisetas y en fin todo lo que requiere una escuela de fútbol, es el eterno dolor de cabeza que tienen que vivir Danny Blanco y Carlos García, junto a Pablo Carrero, Javier Cáceres, Darwin Uribe y Dennis Ovalles, para que la institución que ellos fundaron hace un año se mantenga con vida.
Carlos García retrocede el tiempo, se remonta a 2021, cuando se les metió entre ceja y ceja fundar una escuela para la formación de futbolistas; primero solicitaron el permiso a las Comunas de Puente Real para limpiar el terreno donde ahora funciona el campo deportivo, vecino al campo “Claudio Gabino Uribe” de Puente Real, y al participar de ese momento hacen papel de héroes para salir avante.
Todos como uno solo han venido trabajando en pro del sueño, llegar hasta la creación de un verdadero club de fútbol que apunte a grandes cosas, por ello ya cuentan con un universo de 120 jugadores, desde la categoría Sub-5 hasta la Sub- 17, además de una categoría mixta femenina, Sub-14 y Sub-16.
No se duermen en los laureles, y ante la falta de apoyo del ente público y privado, el pasado sábado hicieron un hexagonal para recolectar fondos, cada niño participante aportó 5 mil pesos colombianos, con los cuales se compró un balón y se dio un refrigerio a cada jugador, consistente en un perro caliente y su respectivo refresco.
“Queremos material deportivo, material de construcción, no dinero, nuestra meta es la creación de un verdadero club, que no tenga nada que envidiarle a los tantos que existen en otras latitudes; por ello, el llamado a las autoridades gubernamentales y a quienes nos puedan dar el espaldarazo, que lo hagan, bienvenidos a esta gran obra, el futuro de quienes ahora comienzan a formarse en el difícil mundo del fútbol”, esgrimieron Blanco y García.