Jesús Enrique Colombo nació para ser torero. Desde muy niño se inmiscuyó en el mundo de la fiesta brava, acompañaba a su progenitora Mary en cada plaza donde su padre, homónimo suyo, se entregaba en cuerpo y alma a cada burel que se le colocaba al frente.
Con el correr de los años y después de superar cada uno de los eslabones para recibir el doctorado como matador de toros, el hijo de la “Perla del Torbes”, hizo realidad él sueño de su vida, se convirtió en colega de su padre Jesús Colombo, diestro ya retirado pero que sigue metido en estas lides en el rol de empresario.
No se cansa de triunfar, salir a hombros por la puerta grande, primero en su etapa novilleril en España y las principales plazas de América; y ahora como torero profesional, siempre dejando sentada su clase con la capa, los garapullos y la pañosa.
Con el carisma y profesionalismo que le caracteriza, Jesús Enrique sigue cosechando éxitos, en cada tarde que sale al redondel se juega el pellejo, un diestro que se arrima al enemigo. En el corto trabajo de capa el hijo de Táriba enamora al soberano, mayor aún cuando clava las banderillas al astado en todo lo alto, colocándose en este momento como uno de los mejores del mundo en su estilo.
En su primer año como matador de toros, en 2018, Colombo Júnior, sin poder cuajar una gran faena, dejó gran ambiente, para ir este año en busca de su consagración, respaldado con el recorrido de una veintena de corridas lidiadas en la pasada temporada.
Profeta en suelo americano
Está claro Jesús Enrique que la profesión de torero es larga, conocedor como el más avezado que el astado no le pide la cédula al diestro que se le coloque al frente, solo requiere arte, ganas y mucho coraje, lo demás llega por añadidura.
Concluida la temporada española, el diestro nacido en la capital del municipio Cárdenas dio un salto a Venezuela, sus padres Jesús y Mary le esperaban en su natal Táriba. Antes de morir el año, viajó a Calí, la afición taurina vallecaucana le aguardaba en su tradicional feria, para verlo triunfar una vez más tal como ocurrió en 2018.
No defraudó a la exigente afición caleña, Jesús Enrique repitió los éxitos del año anterior, después de triunfar del festival con el corte de dos orejas, el 29 de diciembre en una tarde de mucho salero y el 31, último día del año, se presentó en la primera corrida de la temporada y pese a que no hubo la respuesta de los astados, a uno de sus enemigos le cercenó un apéndice.
De Cali viajó a Duitama, departamento de Boyacá, Colombia, para lograr un apoteósico triunfo al cortarle las dos orejas y el rabo para el indulto a uno de los toros que le tocó en lidia, erigiéndose como triunfador de la feria, una tarde esplendorosa del 7 de enero de 2019.
El propio diestro tachirense confesó, un tanto eufórico al periodista, que en su corta vida como matador de toros es el segundo astado al cual le salva la vida, el primero fue el Mérida, en la Feria del Sol del año pasado.
Pese a todos a las vicisitudes en el marco de la Feria Internacional de San Sebastián de 2019, Jesús Enrique se presentó el pasado 31 de enero, alternando junto al español Julio Benítez y el tachirense Antonio Suárez, quien recibió la alternativa. Tres orejas fue el premio para el torero taribense, cortando dos al primero y uno al segundo, alzándose con el premio de triunfador de la feria.
Una nueva tarde triunfal para el torero taribense, el pasado domingo en el marco de las ferias y fiestas de Lenguazaque, una bella población cundinamarqués, vecina a Bogotá, después de conquistar dos orejas y salida a hombros por la puerta grande.
Doble presentación en la Feria del Sol de Mérida, el 1 y 5 de marzo de 2019 ,Jesús Enrique Colombo hará el paseíllo en el redondel de la Monumental Plaza “Román Eduardo Sandia”, donde otra vez el buen diestro nacional pondrá la carne en el asador en busca de repetir la excelente labor de 2018.
Con su actuación en Mérida, el matador de toros tachirense se despide de la afición nacional, en la primera quincena de marzo viaja a España, va con la convicción que será el año de su consagración en suelo ibérico, respaldado por los triunfos en plazas del continente americano.
Homero Duarte Corona