La muleta convertida en el alfa y omega de Jesús Enrique Colombo, su sempiterna compañera, una especie de “novia inseparable”.
Desde la “madre patria” llegan noticias del diestro tachirense, un obstinado matador de toros que no cesa en su objetivo de ir tras la consagración definitiva.
Ahora mismo, retando al frío europeo, aunado a la pandemia del covid-19, el hijo de la “Perla del Torbes” continúa metido en el campo, tentando, y matando toros a puerta cerrada.
La temporada 2020 comenzó por todo lo alto para Jesús Enrique, triunfador en la Feria Internacional de San Sebastián y luego armó la grande en la Feria del Sol de Mérida, también se lleva los honores como ganador del evento taurino emeritense.
Lamentablemente, apenas se iniciaba la segunda quincena de marzo, apareció el coronavirus, pandemia que a casi un año de su exterminio en todo el mundo, más de dos millones de víctimas fatales, lejos de amainar, sigue en franco ascenso.
Optimismo por parte del torero tachirense, su trabajo de alistamiento se mantiene las 24 horas del día, con la fe puesta en que habrá temporada este año para ir en busca de abrir la puerta grande de las principales plazas del mundo.
Jesús Colombo, padre de Jesús Enrique, dijo a Diario La Nación que para su hijo, desde que empezó 2021, su misión no es otra que estar al tope de condiciones para los contratos que tenga que cumplir.
No hubo temporada taurina, ni en España, tampoco en América en 2020, por eso la esperanza cierta que en 2021, de bajar la pandemia, se le estarán abriendo muchas puertas a Jesús Enrique, remató Colombo padre. (Homero Duarte Corona)