Miguel Márquez fue jugador profesional con Panteras del Táchira y luego militó en Panteras De Lara, además de profesor universitario.
Por Homero Duarte Corona
Pedro Vásquez, colega, amigo y compañero en varios equipos de baloncesto profesional donde militaron, no salía de su asombro, se resistía a creer de la partida al más allá del Ingeniero Miquel Márquez.
Fue figura en Panteras del Táchira cuando tenía como búnker San Cristóbal y al vender la franquicia a Barquisimeto también destacó en Panteras De Lara.
—-Fue brillante dentro del tabloncillo de juego, uno de los mejores que tuvo el baloncesto tachirense en toda su historia, recuerda Vásquez; era un jugador que se entregaba en cuerpo y alma no importaba si era un partido entre amigos, pues el deporte de los gigantes era para él algo así como una religión.
Ya retirado como atleta profesional, fue carta fija del equipo de ingenieros en todos los campeonatos nacionales del gremio, siempre en plan de figura, que llevó al Táchira a conquistar varios títulos, sentencia Vásquez.
Se recibió como Ingeniero Mecánico en la Universidad Nacional Experimental del Táchira (Unet) en 1986 y más adelante realizó estudios en casas de estudios superiores en universidades de Estados Unidos e Inglaterra, con PHD en Estudios Doctorales en el área de sistemas.
Un currículum impresionante a nivel universitario y profesional, para ganarse el respeto y consideración no solo donde dictaba cátedra como docente a nivel superior, sino entre sus colegas y amigos.
Aún le quedaba mucha vida por delante contó Pedro Vásquez a Diario la Nación. Recién había cumplido 60 años el pasado 11 de noviembre.
Su esposa Zulay, también jugadora de baloncesto e Ingeniero egresada de la Unet y sus hijos, Armín, quien fue jugador de fútbol profesional y su hija Patricia lloran la partida del jefe de la casa, el esposo y padre ejemplar.
“Pienso que fue una muerte súbita de origen cardiovascular tomando en cuenta sus factores de riesgo por su obesidad, sedentarismo HTA y su estatus por covid-19 que padeció en agosto y reinfección en noviembre de 2020. Es bien sabido que esta enfermedad puede llevar a muerte súbita cardíaca, por ello no creo que se lo haya llevado su leucemia”, apostilló Pedro Vásquez.
Va más allá para esgrimir con un dejo de impotencia y mucho dolor para sentenciar: “la pesadilla de mi vida… llenar el acta de defunción de mi propio amigo”.
—-Le vendí una camioneta último modelo en 2007-acotó-creo que aún la conserva, cuando se la fuí a entregar, para su comodidad, quise quitarle los plásticos a los asientos, y de repente me grita y me dice, ya va. !A usted le gustaría que otra persona le desvistiera la novia la noche de la boda?. Déjeme ese placer a mi!
Desde ese día aprendí el valor del empaque y no me gusta que nadie me abra el empaque de un producto nuevo, siempre lo recordaré, por eso y muchas cosas más. Que Dios le conceda la purificación de su alma y lo lleve al banquete De los Santos, finalizó su colega y amigo de toda la vida Pedro Vásquez.