Una vida dedicada a impulsar jóvenes talentos en esta compleja disciplina deportiva
Por: Norma Pérez
Una valiosa misión de vida asumió hace muchos años Luis Antonio Ramírez: Descubrir el talento para el ciclismo en niños y jóvenes, y contribuir con sus enseñanzas para que recorran con éxito el camino por esta compleja disciplina deportiva.
De su padre adquirió la afición por el ciclismo cuando lo llevaba a presenciar las primeras ediciones de la Vuelta al Táchira. Allí aprendió a admirar la destreza, el esfuerzo y sacrificio de los competidores. Confiesa que fue “un amor a primera vista”.
“Desde muy niño me sentí atraído por el ciclismo, ya que mi padre era fanático de este deporte y siempre nos llevaba a ver la Vuelta al Táchira, cuando se iniciaba con un circuito en las avenidas España y 19 de Abril. Desde ese momento comencé a entender este deporte y me fui enamorando”.
Sentimiento que persiste con mayor intensidad y que se manifiesta en los numerosos atletas que siguieron sus enseñanzas para después cubrirse de gloria en Venezuela y en otros países.
Luis “Chicho” Ramírez
Aun cuando hace 58 años nació en San Antonio del Táchira, Luis Antonio, a quien en el mundo deportivo se le conoce como “Chicho” Ramírez, ha pasado gran parte de su existencia en la capital del municipio Junín.
“Cuando nos mudamos al barrio San Martín en Rubio, donde resido actualmente, tuve la oportunidad de conocer a Germán García, ciclista reconocido, a quien llamaban “El negrito fuerte de Martell” y fue el gregario de Nicolás Reidtler, Fernando Fontes y Santos Rafael Bermúdez”.
Su casa está cerca del estadio “Leonardo Alarcón”, lo que le permitió practicar fútbol, béisbol, fútbol sala, basquetbol y voleibol. “Pero siempre tenía metido el gusanito del ciclismo”.
Posteriormente se interesó por la organización de eventos deportivos. Hizo equipo con Rodolfo Barón, Gonzalo Rey Muñoz, Nelson Jáuregui y Pedro Jáuregui, para realizar competencias de ciclismo.
Todos eran muy jóvenes, de apenas más de veinte años de edad. Empezaron a hacer las carreras en diferentes sectores del municipio Junín, con tal éxito que se incorporaron participantes de otros municipios y recibieron respaldo de empresas privadas. El alcalde para esa época, Pedro Fernández, hizo un aporte importante y lograron realizar un campeonato nacional de bicicross de ruta, el único que ha habido en Venezuela y fue avalado en aquel momento por la Federación de Ciclismo.
Participaron cerca de 200 atletas de nueve estados. “De allí salió una generación de relevo excepcional, como José Chacón, Jhon Navas y César Salazar. Organizamos el campeonato escolar de ciclismo, donde se destacaron talentos como Jackson Rodríguez, Oscar Luna, Reinaldo Martínez y Winston Camargo”.
“La trayectoria de Jackson Rodríguez alcanzó la participación en siete Giros de Italia y dos Olimpiadas. En Beijing fue el único que representó a Venezuela en ciclismo. Un logro que me llena de satisfacción; esos frutos permitieron que algunos de nuestros compañeros, como Rodolfo Barón y Gonzalo Rey, llegaran a la directiva de la Asociación Tachirense de Ciclismo”.
Luis “Chicho” Ramírez formó parte de tres directivas de la Vuelta al Táchira, donde cumplió diferentes actividades, en la coordinación de logística, donde tenía a su cargo alrededor de 250 personas, jefe de transporte y muchas otras funciones más.
Es licenciado en Ciencias Sociales, en la especialidad de Geografía e Historia, con postgrado en esta área, en recreación y deporte comunitario; después de 28 años de labor docente, se retira en el año 2014 para dedicarse a la venta de repuestos y arreglo de bicicletas. También es masajista deportivo.
“Con la crisis económica, el ciclismo decayó, pero lo importante era no dejarlo morir. En el municipio Junín, con la fundación “José Lindarte”, participamos en la organización de la carrera “Desafío al Tamá”.
Después se formó como comisario de ciclismo y se dedicó a practicar el ciclo montañismo. Fomentó el desarrollo de algunas carreras, lo que permitió el surgimiento de tres atletas femeninas: Jennifer Fuentes, Yerly Castillo y María de Los Ángeles Torres.
Recientemente, promovió una campaña para comprarle una bicicleta al joven Eduardo Pereira Fernández: “él tiene mucho entusiasmo y ganas de continuar, pero debió correr la Vuelta al Táchira con una bicicleta en muy malas condiciones, de unos veinte años de uso. Fue algo que se logró y él ahora puede competir en este bonito y emocionante deporte”.
Recuerda con orgullo la formación de Jhonatan Salinas, campeón de la Vuelta al Táchira, Vuelta a Trujillo y Vuelta a Venezuela. Ganador de vueltas en Martinica y Guadalupe, actualmente retirado del ciclismo por las condiciones económicas.
“Él fue mi alumno en la unidad educativa Gervasio Rubio, y allí empecé a entrenarlo. Para su primera competencia le presté una bicicleta y un uniforme que le quedaba grande. Corrió y se mantuvo en el lote. El director técnico del equipo de Lotería del Táchira le pidió que se incorporara a la escuela de la Lotería. Al año siguiente representó a Venezuela en Ecuador. Fue un muchacho que logró su máxima victoria cuando ganó la Vuelta al Táchira en 2017, muy holgadamente”.
El semillero
“Hay que crear un semillero, por eso trabajo con un grupo de colaboradores integrado por José Casique, Rodolfo Barón, los esposos Kelly y Lio Bautista, Martín Zambrano y Orlando López, para desarrollar el ciclismo menor.
Con la intención de formar ciclistas en Junín, desde hace tres años, trabaja en la organización del campeonato de ciclismo menor de Rubio, el cual consta de diez válidas, y abarca niños de dos y tres años, hasta quince años de edad.
“Ya vienen muchachos de otros municipios, de escuelas de San Cristóbal. Vamos un poco más allá, pues les inculcamos a los niños la parte pedagógica, cómo deben correr, uso de la indumentaria, respeto hacia los demás corredores, hacia los espectadores. Queremos hacer de la educación algo integral”.
Considera que esta labor ha dado muy buenos resultados, ya que además de descubrir y formar nuevos talentos, se les inculcan valores para que sean personas de bien.
“En algunos casos, aunque compiten los niños, pareciera que los que compiten son los padres, porque en el afán de ganar algunas veces adoptan conductas inadecuadas. El niño está para recrearse, aprender, enamorarse del deporte y para que más adelante sean excelentes atletas”.
Desinteresado y generoso, piensa que debe colaborar con quien lo necesite y si está en sus manos pueden contar con su apoyo: “Estamos en una situación económica difícil, y la idea es ayudar a otros para que salgan adelante”.
En el fondo de su corazón, guarda un sueño incumplido, pero no pierde la esperanza de hacerlo realidad:
“Quisiera tener la oportunidad de trabajar o por lo menos presenciar un Tour de Francia, un Giro de Italia o una Vuelta a España, porque eso es lo máximo en ciclismo y siempre he querido observarlo de cerca. Ese es mi mayor deseo en la vida, mi gran sueño”.
Por los momentos, prosigue con su importante tarea de promover el ciclismo en el municipio Junín. Para él es satisfactorio que muchos niños rubienses participen en competencias estadales y otros reciban invitaciones para competir en Colombia. Son noticias que alegran su corazón. Luis “Chicho” Ramírez, el forjador de campeones.