Obligado a quedarse en el Barcelona pese a su deseo de salir, Lionel Messi ha perdido también a Arturo Vidal y a Luis Suárez, sus dos mejores aliados en el vestuario. Este fin de semana, el argentino afronta solo la reconstrucción del Barça en LaLiga.
«Cambios profundos»: esto era lo que había prometido el muy criticado presidente Josep Maria Bartomeu tras la derrota 8-2 sufrida el 14 de agosto contra el Bayern de Múnich en cuartos de final de la Champions en Lisboa.
Pero, aunque Messi, de 33 años, intentó romper entonces «unilateralmente» su contrato antes de dar marcha atrás, sin duda, no se imaginaba tener que empezar un mes más tarde el campeonato contra el Villarreal sin su guardia más cercana.
En este mercado, el Barça primero se deshizo del joven brasileño Arthur (Juventus) y después de Ivan Rakitic (Sevilla). Titulares la pasada temporada en el Barça…. y unos referentes menos para Messi.
El martes, el centrocampista chileno Arturo Vidal también era traspasado al Inter de Milán y en la noche del miércoles al jueves, fue el delantero uruguayo Luis Suárez, gran amigo de Messi, el que ponía rumbo a un competidor directo, el Atlético de Madrid.
Sin Vidal, ni Suárez
Un golpe para Messi tanto como para Suárez que se despidió el jueves del Barça hecho un mar de lágrimas.
Vecinos del barrio pudiente de Castelldefels en Barcelona, Suárez y Messi han forjado una sólida amistad desde la llegada del uruguayo a Cataluña en 2014, y se habían acostumbrado a llegar juntos cada día al centro de entrenamiento del Barça.
Con Neymar, entre 2014 y 2017, formaron el famoso trío «MSN», manteniendo después un grupo en una aplicación de mensajería en línea.
Desde hace seis años, Suárez y Messi pasan regularmente sus vacaciones juntos y el jueves el argentino asistió al acto de despedida del uruguayo en el Camp Nou.
«Ya me he enfrentado en los partidos Uruguay-Argentina, así que eso no va a cambiar nuestra relación, no va a mezclar los sentimientos que tenemos por enfrentarnos en partidos complicados como son los Atlético-Barça», dijo un emocionado Suárez el jueves.
Arturo Vidal también se acercó a Messi a su llegada al Barça en 2018, y más en esta última temporada. El combativo Vidal convenció a la «Pulga» por su pasión.
Messi, poco locuaz en las redes sociales, se despidió con un mensaje de su amigo chileno y con otro, crítico con la dirección, de Suárez.
«Te merecías que te despidan como lo que sos: uno de los jugadores más importantes de la historia del club, consiguiendo cosas importantes tanto en lo grupal como individualmente. Y no que te echen como lo hicieron. Pero la verdad es que a esta altura ya no me sorprende nada», escribió Messi en Instagram este viernes.
Aislado, pero no solo
Queda por ver si estas separaciones sellarán una próxima salida de Messi mismo, ya que el argentino tiene contrato hasta junio de 2021.
Los primeros partidos podrían dar indicios sobre el estado de ánimo del astro argentino y su compatibilidad con el juego del nuevo técnico Ronald Koeman: ¿sabrá asociarse Messi con los franceses Antoine Griezmann y Ousmane Dembélé, o con el brasileño Philippe Coutinho?
El escenario del apaciguamiento debería satisfacer a todas las partes: los aficionados del Barça adoran al emblemático N.10 argentino y su mujer e hijos, a los que les gusta la ciudad de Barcelona, estaban tristes por la idea de marchar.
«Fue un drama bárbaro. Toda la familia llorando, mis hijos no querían irse de Barcelona, ni querían cambiar de colegio», dijo Messi en una entrevista con el medio Goal.com a principios de septiembre.
Y Messi siempre puede contar en el Barça con varios pesos pesados como Gerard Piqué, su compañero de viejos tiempos en el centro de formación del club, o Jordi Alba, con el que se entiende a la perfección sobre el césped.
El «Rey Leo» no está solo, a fin de cuentas… y toda Barcelona espera volverle a ver sonreír.
AFP-