Deportes
Ni un alma en las tribunas: Silencio sepulcral en los estadios del mundo
29 de marzo de 2020
La historia se encargará de dar el veredicto final; pero hasta nuestros días, por primera vez desde que se creó la actividad deportiva, nunca antes los escenarios habían mostrado tanta orfandad, un silencio sepulcral, ni siquiera un alma como testigo en las graderías.
Un virus, aparecido en territorio chino y como un reguero de pólvora se ha venido extendiendo por todo el universo, dejando a su paso desolación y muerte.
El fútbol, deporte rey por excelencia, de un día para otro, sin proponérselo, la presencia de miles de aficionados en cada una de las ligas de los cinco continentes y pararelo a ello las copas nacionales e internacionales e infinidad de eventos más, brillan por su ausencia, están en cuarentena, sin que hasta el momento nadie sepa cuándo regresa la acción en todo su esplendor.
La competencia pasó a un segundo plano, los grandes duelos y clásicos a nivel de clubes y de selecciones no es prioridad, lo prioritario es la vida del ser humano, velar para que esta pandemia se detenga, no siga cobrando vidas útiles, sin importar edad, raza, credo o religión.
Sin consultar con los propios actores, quienes brindan el espectáculo, los dirigentes de los clubes o equipos más poderosos rebajaron a la mitad los sueldos, producto de las pérdidas millonarias que está acarreando el “parón” ante el COVID-19.
Sin embargo y pese a esta disyuntiva, las consecuencias que pueda acarrear entre las dos partes cuando las aguas vuelvan a su cause, los dirigentes tienen los ojos puestos en la contratación de los nuevos fenómenos del fútbol, cada quien apostando al jugador que se pueda adaptar a la filosofía de los diferentes cuerpos técnicos.
Surge la gran pregunta, lo que pueda pasar, el antes y después de ese fenómeno del COVID-19, porque puede existir la certeza que nada volverá a ser igual, el mundo será otro, la humanidad habrá aprendido una gran lección.
Ahora mismo, todos como uno solo el único objetivo no es otro que pujar para saber cuándo se volverá a la cotidianidad, lo que era el ser humano antes de hacer su aparición ese virus malévolo que tiene patas arriba al mundo.
La rivalidad de los seguidores Del Real Madrid y Barcelona en España y el mundo; el Boca Júniors y River Plate en Argentina, América y más allá, tienen en este momento un solo pensamiento, una sola palabra: coronavirus, pidiendo al todopoderoso que los científicos consigan la fórmula de eliminar este flagelo.
Y el fútbol rentado venezolano para dónde irá…?
Veinte equipos en un país como Venezuela, parece una exageración, no están dadas las condiciones, ni en el pasado reciente, mucho menos ahora con la presencia del COVID-19.
En honor a la verdad, y sin caer en el terreno de pájaro de mal Agüero, ningún equipo criollo, incluso tres o cuatro con cierta solvencia económica estaban preparados para esta especie de flagelo que ha cobrado miles de vidas en el mundo entero, otros miles en vilo y en un porcentaje bastante bajo que han logrado curarse.
Ante este panorama no se vislumbra nada halagador, algo así de sálvese quien pueda; y no se trata de una advertencia alarmista, simplemente la triste realidad, un futuro de negros nubarrones, sea o no optimista cualquier mortal que habite en el planeta tierra.
Al fútbol se suman el resto de disciplinas, unas más otras menos en poder económico, pero que no tienen conque hacerle frente a esta situación supremamente grave.
Adivinar el futuro, lo que viene en Venezuela y el mundo, es impredecible, pero lo que sí es cierto es que volver a la actividad deportiva tal como era antes de aparecer el COVID-19, no será algo de: “hágase La Luz”, es algo serio.
Homero Duarte Corona