Las instalaciones deportivas de nuestra entidad requieren ser sometidas a un maquillaje general, en aras de que los atletas puedan tener un escenario ideal para cumplir con su actividad diaria.

Es la tarea que deben cumplir los organismos encargados del cuidado de esos escenarios, pero en los últimos años el deterioro ha sido notable y por más diligencias que cumplen los dirigentes, no se logra llamar la atención de esos entes.

Lamentablemente, escenarios de lujo que se inauguraron la mayoría de ellos con motivo de los Juegos Deportivos Nacionales-2005 y Copa América-2007, hoy día presentan una panorámica que no es la ideal, donde se nota el descuido por parte de quienes tienen bajo su cuidado esas instalaciones.

Uno de esos escenarios que hoy día llaman la atención por el estado de abandono en que se encuentran es el Pabellón de Gimnasia “Alba Jáuregui”, que funciona en la parte alta de Pueblo Nuevo,

La moderna instalación fue construida para servir de escenario a la gimnasia en el marco de los Juegos Deportivos Nacionales del 2005, donde se ha desarrollado el semillero de este exigente deporte.

Como otras disciplinas, ha sido sometida al abandono, al descuido por parte del organismo encargado de velar por el buen estado de esos escenarios, y se corre el riesgo que sufra mayor deterioro el escenario, especialmente el material que utilizan las atletas, las colchonetas, y se necesita de una limpieza general.

Al problema de este escenario se suma el covid-19, por unas semanas cerraron la instalación y al parecer se reabrirá en este mes de febrero, pero se solicita a la dirigencia, así como a dirigentes y atletas, que en la medida de las posibilidades aporten su granito de arena para realizar algunos trabajos, especialmente en lo que a limpieza se refiere.

En una temporada que se presenta atractiva, sin descuidar las medidas de bioseguridad por la presencia del virus, la gimnasia puede participar en eventos de corte virtual, como ocurrió en el 2020, con excelentes resultados por parte del semillero. Lávate las manos.

Gustavo Carrillo