Deportes
Panteritas del Táchira: 28 años formando a los ases del futuro
22 de febrero de 2020
El futuro del baloncesto regional y nacional está en la Escuela Panteritas del Táchira, institución fundada por Manuel Rosendo Fortoul en 1992.
Homero Duarte Corona
El baloncesto del Táchira tuvo su época dorada, allá por la década del 50, con la conquista de títulos nacionales en las dos ramas; también brilló por los años 60 e incluso por los 70 y 80, cuando hubo en la entidad una divisa profesional masculina.
Manuel Rosendo Fortoul, uno de los míticos jugadores con que contó la entidad federal, integrante de la selección Táchira por varios años y también vistió la casaca del seleccionado nacional, dejó huella, bajó “tranquilo al sepulcro”, para emular palabras del Libertador Simón Bolívar.
El legado del Flaco, como le decían en su era dorada de jugador, ya retirado, el “viejo” Fortoul, sigue vivo; él mismo fundó una escuela, bautizada como Panteritas del Táchira, en homenaje al nombre del primer equipo profesional que tuvo el estado.
Un interminable “plan vacacional”
La pasión por el baloncesto estuvo presente en Manuel Rosendo Fortoul hasta el último suspiro de su existencia, fue su alfa y omega; primero como jugador, luego como entrenador y ya retirado de la actividad, en plan de dirigente.
Los planes vacacionales de todos los años sirvieron de inspiración para que Fortoul creara la Escuela Panteritas del Táchira; el llamado a niños y niñas de escuelas y colegios, para que aprendieran a jugar al basquetbol en la cancha contigua al gimnasio “Arminio Gutiérrez Castro” de La Concordia, no se hizo esperar, más de un centenar comenzaron a vivir las experiencias del deporte de los gigantes.
El mes y medio de duración del plan vacacional no fue suficiente, la casi totalidad de niños quisieron quedarse, lo que obligó a Fortoul y sus colaboradores, con el visto bueno de los representantes, a fundar la Escuela Panteritas, que 28 años después, con sus altas y bajas, se mantiene en el mismo sitio, no como quisiera el “viejo” Manuel, desde el cielo, pero lo importante es que allí continúa formándose el futuro del baloncesto de la entidad federal.
Un emporio de jugadores
John Vargas, uno de los fundadores de “Panteritas del Táchira”, junto a Leonel Lara, además de primeros entrenadores, cuenta la historia, las verdes y las maduras de la institución; pero, como los buenos soldados, se “resiste a morir”, sigue de pie, gracias al apoyo de un grupo de padres y representantes y el aporte de personas que aman el baloncesto.
El propio Vargas, quien fue jugador profesional con Panteras del Táchira e integrante de la selección nacional de mayores, se fue de la escuela, para regresar recientemente. El entrenador dijo a Diario La Nación que la situación país ha traído consigo que sea una verdadera odisea tener a alguien para que dirija a los niños.
Ante la salida de Vargas, fue contratado Alfredo José Zambrano, quien después de un tiempo también decidió irse, acosado por la situación económica; ante esta problemática y alo difícil que resulta conseguir un entrenador, la escuela quedó huérfana, apunta Vargas, encargándose de dirigir a los pequeños un muchacho de apenas 15 años, que como es lógico no tiene los mismos conocimientos de un técnico versado en la materia.
“Me fui y volví, para encontrar apenas 16 niños, prácticamente al borde de la desaparición, solo que la entereza de la señora Gladys Paolini, una especie de mecenas, trajo consigo que la institución no muriera”, apuntó Vargas.
Ahora mismo ha ido aumentado la cuota de jugadores, entre los 5 y 17 años, más de medio centenar -acota el entrenador-, quienes practican entre lunes y viernes, en horario de dos a seis de la tarde.
Carlos Querales se hizo en Panteritas
Al igual que en cualquier deporte, del baloncesto también salen figuras de cartel y uno de ellos es este ingeniero tachirense, que en su época de jugador llegó a vestir la casaca de la selección nacional, formado en Panteritas, y en la actualidad residenciado en Australia, desde hace varios años.
Carlos Querales no olvida a sus ancestros, es un eterno agradecido de su tierra, por ello, desde “el fin del mundo”, donde se encuentra, siempre envía su colaboración para la institución donde él comenzó a lanzar los primeros balones al aro.
Una junta directiva, presidida por Alfredo Noguera, acompañado por José Zambrano en la vicepresidencia y Gladys Paolini en condición de secretaria, como principales cabezas, hace peripecias para que “Panteritas del Táchira” siga viva; y, desde el más allá, el “viejo” Manuel Rosendo Fortoul, con su grito de guerra de: “vamos muchachos”, mantenga el ánimo de quienes aún están al frente de este ente hacedor de las figuras del mañana, que nunca desfallezcan en esta noble tarea de la formación de hombres y mujeres de bien, útiles a la patria…