Deportes
Porfirio Ortega: ¡desde la eternidad seguirá amando el ciclismo…!
21 de marzo de 2025
Cumplió todas las facetas: Ciclista, formador de las generaciones de relevo, entrenador y dirigente
Homero Duarte Corona
En su época de ciclista siempre llegaba entre los últimos. Pero apegado a la frase bíblica de: Los primeros serán los últimos y los ultimos los primeros, se convirtió en un sempiterno perdedor, que muy poco le importaba, pues su felicidad era competir, sin tomar en cuenta la calidad o no de los rivales que tenía al frente.
Por respeto al ser humano, ni en su era de ciclista activo, mucho menos en su condición de entrenador, director deportivo y dirigente lo llamamos por el apodo que todo el mundo deportivo le conocía: «El Coyote».
De carácter fuerte, y si tenía que enfrentarse al más encopetado en la competencia; en cada una de las facetas que cumplió en este paso terrenal, lo hacía sin ambajes, en ocasiones con irreverencia, para luego del «sofocón», tomaba de nuevo su rol de persona seria, honesta y buen amigo.

Doble y hasta triple faceta cuando las circunstancias lo exigían
Fue un hombre de aspiraciones y retos; no brilló como atleta, pese a su constancia y perseverancia, sin flaquear nunca, siempre con la mente puesta en cruzar la meta, no importaba en qué posición.
Retirado del rol de ciclista, se inclinó a la dirección técnica, tarea que cumplió con todas las de la ley, hasta que la enfermedad le restó fuerza y capacidad mental, apenas seis meses.
No sé detenía ante la adversidad, dirigía a sus ciclista en pista y ruta, en las dos ramas; a la hora de una carrera, dentro y fuera de la geografía tachirense, en su vehículo viajaba con los atletas, y en la mayoría de las veces ganaban medallas, nunca regresan con las manos vacías, algo traía en sus alforjas.
En calidad de dirigente fue presidente de la Asociación Táchirense de Ciclismo, Vicepresidente de la Federación Venezolana de Ciclismo y otros cargos más, dejando constancia en cada ente deportivo de su talante, serio y responsable de cada uno de sus actos.
Una dinastía de ciclistas; su hijo Edgar Ortega sigue inmiscuido en los avatares de esta difícil competencia; su yerno Franklin Chacón, fue un duro en la competencia de ruta, su nieto en la misma onda, ahora hace campaña en Europa y las generaciones que están por venir.
Con la partida de Porfirio Ortega, el ciclismo tachirense y nacional pierde un gran exponente, porque pese a traspasar los 70 años, aún tenía aspiraciones de regresar a la presidencia de la Asociación Táchirense de Ciclismo, contó su hijo Edgar a Diario la Nación.
Sus discípulos, una cantera de jovencitos, hembras y varones, hoy lloran la partida de su entrenador, su enseñanza y sabios consejos quedarán por siempre grabados en la vida de deportistas y seres de bien.
El cáncer, esa terrible enfermedad que todos los días se lleva millones de seres humanos apagó la vida de Porfirio Ortega, pero queda su legado, con sus defectos y virtudes, un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones, a todos los niveles.
Desde el Cielo, Porfirio Ortega seguirá atento al acontecer del ciclismo de ruta y pista, igual a nivel dirigencial, pujando para que su amado estado Táchira siga figurando entre los primeros en el acontecer nacional e internacional.
Leandro Coco, Justo Galaviz y recién el pasado 30 de diciembre Gianni Savio, tres de los tantos hombres que marcaron época en el Táchira, Venezuela y el mundo se unen a Porfirio Ortega para decirle al mundo terrenal que desde el infinito tienen a tres grandes aliados, vigilantes de uno de los deportes más bellos y hermosos del universo, independientemente de su exigencia y sacrificio. Paz a su alma.