Villarreal (España)/Madrid, mar (EFE).- El Real Madrid pone en juego su defensa de la corona liguera, sin tiempo para recuperarse del gran desgaste físico realizado en la Liga de Campeones para eliminar al Atlético de Madrid, y encarando una salida de la dificultad de la Cerámica, ante un Villarreal al que no derrota en La Liga en su estadio desde 2017.

El Villarreal y el Real Madrid se enfrentan este sábado en un duelo en el que después de sus recientes tropiezos, los locales la última jornada ante el Alavés y los visitantes hace dos ante el Real Betis, tienen necesidad de un buen resultado para no descabalgarse de la pelea por la cuarta plaza, en el caso de los de Marcelino, y de la lucha por el título, los de Carlo Ancelloti.

Pendiente de la evolución de Vinícius Junior, que arrastra unas molestias musculares como consecuencia del gran desgaste realizado en el Metropolitano en la Liga de Campeones, y aumentando a cinco el número de bajas por la lesión de Ferland Mendy, que sufrió una rotura muscular en el tenso duelo ante el Atlético de Madrid, el Real Madrid encara una jornada marcada en rojo en su calendario.

Con enfado por el poco descanso hasta el partido en la Cerámica a las 18.30 horas del sábado, y esperando un resultado que estreche aún más la apasionante pelea por el título en el pulso del Metropolitano entre Atlético de Madrid y Barcelona, el Real Madrid encara una de las salidas más complejas de lo que le resta de Liga.

Un examen siempre complejo, el Villarreal en La Cerámica, y más aún con los condicionantes en las que llega el partido. La paliza física del Metropolitano el miércoles, en una eliminatoria de ‘Champions’ que se decidió tras prórroga en la tanda de penaltis que nuevamente sonrió al Real Madrid en su competición fetiche. Pero, sin margen para levantar el pie en La Liga, con la cercanía en el recuerdo de lo ocurrido en casa del Real Betis cuando la motivación no fue la adecuada. La cuarta derrota liguera. Una más puede ser decisiva.

Son numerosos los factores que debe manejar Ancelotti para dar forma a su equipo titular. Pendiente de Vinícius hasta el final, con Brahim preparado para entrar en el tridente en la derecha y mandar a su zona natural, la izquierda a Rodrygo Goes y Kylian Mbappé en punta tras un segundo capítulo de frustración personal ante el Atlético. Víctima del entramado defensivo de Simeone apenas tuvo una oportunidad para aparecer en el derbi y provocar un penalti. Con ganas de brillar tras reencontrarse con el gol frente al Rayo. Obligado a ejercer de líder si ‘Vini’ es reservado.

Habrá retoques al once de ‘Carletto’, obligado a introducir a Fran García en el lateral izquierdo, con Lucas Vázquez con firmes opciones de entrar en el derecho y que Fede Valverde pase al centro del campo donde Luka Modric volverá a la suplencia tras dos titularidades, y Eduardo Camavinga también alberga esperanzas de titularidad en un estadio donde el Real Madrid cayó en cuatro de las 24 visitas ligueras, con seis empates y una derrota en las siete últimas.

Los de Marcelino García Toral llegan tras dos semanas sin puntuar, ya que antes de caer en el campo del Alavés vieron cómo se aplazaba su partido ante el Espanyol. El equipo ‘groguet’ es quinto con 44 puntos y un partido menos que el Athletic Club, que con sus 49 puntos ocupa esa deseada cuarta plaza.

Además, también ha visto cómo ha adelgazado su colchón respecto al Betis, al que le saca tres puntos, igualmente con un partido más por jugar. Los locales, que además de con una derrota llegan tras la mala imagen que dieron en Mendizorroza, mantienen las ausencias de de Gerard Moreno e Ilias Akomach, a las que esta semana se suma otra vez la de Kiko Femenía.

No se espera que Marcelino haga muchos cambios sobre sus últimos onces y el argentino Juan Foyth seguirá en el lateral derecho en lugar de Femenía. El encuentro ha despertado una gran expectación en Vila-real y se da por hecho que se llenará el estadio. EFE