Madrid/Pamplona, nov (EFE).- El Real Madrid recibe, en su peor momento al encadenar dos derrotas consecutivas contra el Barcelona (0-4) y el Milan (1-3), a una de las sorpresas de la temporada, Osasuna, quinto clasificado de la Liga, con la necesidad de obtener los tres puntos y no entrar en crisis antes del último parón internacional de 2024.
Dos semanas sin fútbol de clubes que podrían ser muy largas si el equipo de Carlo Ancelotti mantiene la mala imagen dada en los dos últimos partidos. Siete goles encajados y sin respuesta ante dos rivales de entidad que confirmaron las dudas que dejó el equipo en el inicio de temporada.
Con el partido aplazado por la DANA contra el Valencia el pasado fin de semana, el Real Madrid es segundo en liga a nueve puntos del Barça, con un encuentro más disputado; y en Liga de Campeones ha sumado dos victorias y dos derrotas.
Inicio irregular propiciado por la poca solidez defensiva y compromiso en el que insiste un Ancelotti que dejó un claro mensaje en la rueda de prensa previa al partido contra Osasuna. Creen haber encontrado “la solución”, pero ansía ver “una reacción” de sus futbolistas ya que “las palabras se las lleva el viento”. La pelota, en el tejado de sus jugadores.
Además, Ancelotti ya anunció algunos cambios tácticos “sin volverse loco”, empezando por un centro del campo en el que Eduardo Camavinga apunta a volver a la titularidad para ocupar el puesto de Aurelien Tchouaméni, quien sufrió un esguince en el tobillo izquierdo contra el Milan que le mantendrá un mes de baja.
Con Jude Bellingham indiscutible y Fede Valverde que apunta a estar recuperado de las molestias de espalda, la duda reside en si Ancelotti optará por cuatro centrocampistas o volverá a tridente de ataque con el que inició la temporada, ya con Rodrygo Goes al 100 % tras superar la lesión muscular que sufrió ante el Borussia Dortmund.
Una ofensiva en la que tanto Kylian Mbappé, con dudas en la definición a pesar de que hasta su llegada el conjunto blanco era una de sus grandes virtudes, como Vinícius Junior, prometiendo ser aún mejor tras no recibir el Balón de Oro que esperaba, están llamados a dar un paso adelante si el Real Madrid quiere luchar por todos los títulos esta temporada.
Por su parte, Osasuna viaja a Madrid con la ilusión de dedicar su victoria a su entrenador, un Vicente Moreno que regresó este viernes a Pamplona tras su estancia en su localidad natal, Massanassa, muy afectada por la DANA en Valencia.
El osasunismo aguarda con altas expectativas la cita tras un comienzo liguero que pocos hubiesen imaginado después del adiós de Jagoba Arrasate. Con 21 puntos en la mochila, el futuro del curso se ve con la tranquilidad necesaria para intentar un asalto a la cancha del campeón.
La cómoda situación en quinta posición ofrece al equipo la posibilidad de mostrar su ambición tras la última victoria frente al Valladolid. De menos a más, la plantilla ha ido encajando para mostrar un eléctrico juego con Budimir y Bryan como encargados de finalizar en área contraria.
El segundo entrenador, Dani Pendín, ha valorado sobre la vuelta de Moreno: «Es evidente la alegría que tenemos. Estamos contentos porque está mejor y es satisfactorio que haya venido porque es una persona que es el líder del equipo».
El técnico valenciano, sancionado desde el partido contra la Real Sociedad con dos encuentros, no estará en el banquillo del coliseo blanco, siendo su segundo, Dani Pendín, el encargado de dirigir a los navarros. EFE