PEDRO VÁSQUEZ
PANTERAS SUBCAMPEÓN DEL MAXI-BALONCESTO MÁSTER +50 EN CARTAGENA
El día amaneció lluvioso; pero poco impide recibir la impactante energía positiva que llega de diversas partes del mundo. Amigos del baloncesto, colegas de profesión, exalumnos y familiares lejanos se han comunicado con los atletas tachirenses para felicitarlos, para expresar su orgullo por los colores amarillo y negro.
Esta descarga energética emocional nos tiene el corazón inflado, pues refuerza a la ruidosa y constante barra acompañante, que ha ido in crescendo con venezolanos que residen por estas tierras costeñas, más otros jugadores participantes que valoran como un representante venezolano, con menor corpulencia y estatura, que sus contendores, viene consiguiendo los resultados.
Aunque el agotamiento distrae, José Ángel Durán, nuestro colaborador logístico, motiva desde temprano, organiza la documentación; nos recuerda que es 15 de agosto, día de La Virgen de La Consolación; nuestra patrona, a quien le pedimos nos cubra con su manto y evite que en el grupo ocurran lesiones graves. No veremos el peregrinar, no por estar en la costa colombiana, sino que por la pandemia se ha prohibido su realización.
República Dominicana venció, a primera hora en tiempo extra, a Puerto Rico con un marcador de 102 a 99; demostrando un alto nivel que invita a los clubes tachirenses a unirse para atender próximas invitaciones, con la preparación acorde a la exigente competencia.
En el renglón femenino, Rolas de Bogotá se tituló en máster +50 y Cheetaras de Cali en máster +40 con un accionar interesante, con disposiciones tácticas claras tanto a nivel defensivo como ofensivo, que nos hacen extrañar el buen baloncesto femenino que disfrutamos en San Cristóbal. Un abrazo, de los integrantes de Panteras máster +50, para todas las princesas aurinegras del tabloncillo.
En el encuentro que clausuraba el torneo, Panteras no pudo contra Caballos. Esta vez no fue el galopar extenuante de los dominicanos lo que arrolló a los felinos; sino sus propias fallas, la ansiedad natural de querer hacer las cosas mejor y la pólvora mojada.
El cuerpo técnico planteó un quinteto abridor, posicionalmente, diferente a como se venía manejando el torneo, ajustándose al contrario, que a nivel defensivo funcionó pero que ofensivamente no se consiguió. Cuando el ataque tachirense logró los espacios la media distancia, que fue lo que lo llevó a derrotar a la selección Colombia y pasar a semifinales, no funcionó, como lo evidencia un 22,5% de efectividad de tiros de dos.
La larga distancia, factor clave para vencer a Guatemala y avanzar a la final, tampoco apareció y solo se convirtieron dos triples de 22 lanzados, lo que representa menos del 10% de efectividad. Las rotaciones quizás no fueron las necesarias y queda un gran aprendizaje de cómo ir atendiendo un torneo que es extenuante; para ir llegando a los juegos 4 y 5 con un quinteto más descansado y motivado.
Por pasajes del juego Panteras se vio confundido, desorientado; sin embargo una marcación individual, toda la cancha, lo animó un rato para ofrecer una digna presentación. Dominicana con promedios superiores al 40% de lanzamiento fue justo ganador, el mejor equipo en los aspectos físicos, tácticos y grupales del torneo. Con cinco años de experiencia en este tipo de competencias y lo celebró a lo grande; lo que da méritos a lo realizado por Panteras.
La entrega de la premiación se celebró en medio de una gran camaradería. Carlos Villasmil, uno de los capitanes del equipo, acompañado de un grupo de jugadores, recibió el trofeo del subcampeón máster +50 y Pedro Vásquez, el otro capitán, ofreció unas palabras donde expresó su agradecimiento, hizo énfasis, ante todas las delegaciones, de que era la primera vez que se participaba en estas competencias y dejó claro que se había logrado no solo un subtítulo, sino un gran aprendizaje.
Panteras retorna, con la frente en alto, vía terrestre a las 4 de la tarde del día lunes 16 de agosto donde esperamos seguir recibiendo sus energías positivas para reconfortar los músculos cansados y la pizca de tristeza que invadió al no lograr el título.